Amway lidera la lucha por un hogar ecológico en un planeta en deterioro. Consciente de la responsabilidad que todos tenemos para revertir la situación, la compañía trabaja incansablemente desde hace décadas en la búsqueda de soluciones sostenibles.
En la actualidad, existen numerosas actividades cotidianas a las que estamos acostumbrados y que representan una amenaza para el medio ambiente. Secretos para el bienestar resalta la importancia de reconocer las consecuencias reales de nuestros actos, aunque muchos prefieran ignorarlas. Los ataques al entorno ambiental que nos rodea son motivo de múltiples escándalos, y evitar el deterioro de la naturaleza se convierte en una de nuestras primeras obligaciones.
En este sentido, Amway nos invita a convertir nuestro hogar en un verdadero refugio ecológico, ofreciendo productos que nos ayudan en esta tarea.
Cada año, se pierden en el mundo 24,000 toneladas de suelo fértil, lo que representa una amenaza para la seguridad alimentaria y la sustentabilidad agrícola. Además, el agua contaminada es la principal causa de muerte infantil en nuestro continente. Estas cifras impactantes nos impulsan a tomar medidas concretas. Según Secretos para el bienestar, simplemente reduciendo en un 10% la cantidad de basura que generamos a nivel personal, podríamos evitar la emisión de 540 kilos de dióxido de carbono al año. Además, el simple acto de reciclar la basura de una sola familia podría evitar la producción de 1000 kilos de residuos anuales.
Lamentablemente, la contaminación del aire, agua y suelo es una realidad triste y aceptada por una sociedad que ha priorizado el crecimiento económico y la calidad de vida a expensas del medio ambiente. Sin embargo, es necesario cambiar esa perspectiva y trabajar hacia un futuro sostenible.
Consciente de esta urgencia, Amway se ha destacado desde 1959 por su compromiso con el cuidado del medio ambiente. Fue en ese año que innovó el mercado al lanzar el primer detergente con surfactantes biodegradables, conocido como LOC (Limpiador Líquido Orgánico Multiusos). Desde entonces, la compañía ha mantenido su dedicación a la protección del entorno y ha desarrollado una amplia gama de productos ecológicos.
Amway te invita a unirte a la solución y a promover un Hogar Ecológico. A través de los productos Amway Home y la implementación de diferentes actividades desde tu propia casa, podrás contribuir al ahorro de agua y energía, y así cuidar a tu familia y al medio ambiente. Es hora de asumir nuestra responsabilidad y trabajar juntos por un futuro sostenible.
https://www.amway.es/user/id5040703 disimulan con cuidado esos etiquetas porque están obligados a mostrarlos. Así poca gente lo lee y no se preocupa por los símbolos y las botellas de plástico.
La recomendación más inteligente, y desde luego más responsable, sería dejar de utilizar lo máximo posible cualquier objeto o envase de plástico de un solo uso. Como ya habrás pensado de forma inmediata hablamos principalmente de botellas de agua, refrescos jugos otras bebidas.
Según diferentes estudios las botellas de plástico utilizadas en bebidas como el agua y distintos r refrescos suponen un altísimo porcentaje del plástico sin reciclar depositados en vertederos y flotando o hundido en el mar. Pero también hay que tener en cuenta la cantidad de envases y objetos de plástico como pueden ser botellas de cosmética o detergentes o gel de ducha. Y ¿cómo no?, imposible olvidar el sector de la alimentación que ha encontrado y utilizado el plástico durante décadas como soporte barato y, en muchos casos eficaz, para envolver todo tipo de alimentos.
Símbolos en las botellas de plástico. ¿Qué significan?
Los símbolos que tímidamente puedes ver en todo este tipo de objetos de plástico forman parte del tipo de mensaje de reciclaje a nivel internacional. Así, intentan indicar el tipo de plástico, distintas características en su composición y su facilidad de reciclaje.
PET. Está considerado como un plástico no biodegradable, a no ser que utilices un tipo de proceso químico. Curiosamente es el plástico más habitual y que más contamina. Se encuentra en todo tipo de botellas de bebidas y agua. Pere también los podemos encontrar en champús o otro tipo de envases de cosmética y belleza.
HDPE. También un tipo de plástico bastante difundido y habitual en productos de limpieza del hogar. Por otro lado es habitual que se utilice también en otro tipo de productos alimentarios como la leche o los yogures. Su composición es muy variada pero abundan diferentes productos de origen químico.
PVC. Es un plástico habitual en la construcción, en fontanería o en algún tipo de envases y determinado. Al contener bastantes toxinas apenas utilizan la alimentación.
LDPE. Plástico fino y transparente muy usado en las bolsas. Es un plástico muy peligroso para el medio ambiente porque habitualmente no se recicla.
PP. También con unos niveles de reciclado muy bajos podemos encontrarlo en botellas y algunos usos en la alimentación.
PS. Ha sido durante décadas utilizado para la fabricación de elementos desechables como cajas, bandejas de comida o utensilios como platos o cubiertos. A pesar de lo extendido desuso durante años se le considera bastante tóxico y bastante dañino para el organismo. También súper teclado es bastante pobre.
Se ha hablado mucho sobre el aumento del plástico en nuestras vidas. Pero no sabemos tanto de las verdades sobre el micro plásticos que recibe nuestro cuerpo día a día.
En los últimos tiempos han prodigado los diferentes estudios que hablan de las cantidades asombrosas de micro plásticos que hemos generado a lo largo de medio siglo. Y es normal, dado que el aumento en la producción de plástico y su uso para todo tipo de utilidades, no ha parado de crecer de una forma escalofriante. Así utilizando distintas fuentes el aumento de producción y consumo de plásticos en los últimos 50 años oscila entre 500, 1000 incluso 20.000 veces más.
Centrándonos en la Unión Europea en donde nos encontramos se calcula que al menos tres cuartas partes de los 60 millones de toneladas de plásticos que se producen en Europa, pocos son verdaderamente reciclados y gran parte de ellos acaban flotando o hundidos.
Verdades sobre micro plásticos. Un problema global que puede cambiar el mundo
No pretendemos ser alarmistas pero la realidad nos deja muchas opciones para el optimismo. Como en muchos otros sectores de la vida que son perjudiciales para el bienestar y la salud de los ciudadanos, la postura de la clase política y de los medios de comunicación es relajar su conciencia emitiendo de vez en cuando buenas intenciones y palabras vacías con lo que piensan que se responsabilidades ya terminado. Pocos tendrán el más mínimo remordimiento ni se plantearán que están ayudando a destruir este mundo.
No hacerse eco del gran problema que nos ha venido encima y hacer oídos sor11dos a cualquier tipo de solución que se proponga es la constante que se está tomando por parte de quienes dirigen este mundo. Es lógico puesto que a la sociedad no le gusta escuchar mensajes sobre lo que están haciendo con nuestro medio ambiente y con nuestro planeta.
Verdades sobre micro plásticos. No solamente se encuentran en el mar
Al contrario de lo que muchos ciudadanos pieza los micro plásticos no se encuentran únicamente en el mar y llegan a nuestro organismo a través de comer alimentos procedentes de allí. Pero una de las formas más comunes de la contaminación plástica es la inhalación por aire. Un poco saben que puede ser incluso 15 veces mayor que la contaminación por productos que comemos y que contienen micro plásticos.
Pero al final todo se agachan la cabeza. Por un lado la comunidad científica tampoco quiere comprometerse y dejar claro el gran riesgo que representa para la salud y los efectos que en un futuro tener el organismo la inhalación y el consumo de micro plásticos. Tampoco la comunidad política parece estar preocupada y prefieren, como suele ser habitual, delegar los grandes problemas para los que vengan detrás y lavarse las manos. Pero hay una realidad que nadie puede poner en duda. Los micro plásticos que llegan a nuestro organismo son, sin duda, elementos perjudiciales para nuestra salud. Son elementos difíciles de destruir que han vivido durante mucho tiempo en el medio ambiente, incluso en animales vivos, Y que es imposible que se desintegre ni se deshagan en nuestro organismo, por lo que quedarán almacenados en este interior.
En el campo urbanístico ocupan un lugar destacado los grandes proyectos que movilizan inversiones. Sus diseños e innovaciones, en un medio o largo plazo, transforman nuestra vida siguiendo unos parámetros de supuesto bienestar.
La necesidad de un espacio abierto naturado en proximidad (balcones, terrazas, fachadas) se ha puesto de manifiesto durante el confinamiento debido a la actual pandemia. Se ha estimulado la demanda, especialmente, en edificios ya existentes.
Como respuesta, tanto los legisladores como los planificadores urbanos están planteando considerar que estas superficies no computen como edificabilidad de la vivienda, eximiéndolas de la tasa de bienes inmuebles. Esto sería un estímulo para nuevas construcciones o para la reconversión de las existentes.
No obstante, esta medida no es suficiente, pues no se presta atención al uso que se le debería dar. De hecho, en muchas ciudades los balcones y cubiertas se encuentran sin naturar por parte de sus habitantes, lo que debe estimularse a través de las oportunas campañas de apoyo.
Infraestructuras verdes urbanas olvidadas
La sociedad urbana no reconoce adecuadamente los beneficios que percibe de las infraestructuras verdes. Entre ellos podemos mencionar los siguientes:
Multifunciones. Por ejemplo: valor paisajístico; base de alimentos en los huertos; centros de encuentro y ocio; instrumentos descontaminadores de gases, polvo y calor; fuentes de salud física y mental; fomento de la biodiversidad y amortiguadores del cambio climático.
Aprovechamiento de espacios marginados a costes asumibles. Es el caso de las cubiertas y paredes verdes. Hay millones de metros cuadrados que pueden reutilizarse con jardines, huertos o invernaderos según su ubicación y la preferencia de los vecinos.
En las zonas urbanas más densas no queda espacio disponible en el suelo, y la naturación en altura es la única alternativa. En el caso de Madrid, estudios realizados en el barrio de Salamanca estiman que unos 475 mil metros cuadrados son susceptibles de naturación, a través de invernaderos, huertos y jardines al aire libre o dejando poblar a la naturaleza libremente con flora y fauna nativas, como suelen hacer ciudades como Londres, impulsando la biodiversidad.
La actitud del vecindario es manifiestamente favorable a la creación de espacios naturados en su entorno. Están dispuestos a apoyarlos económicamente en su instalación y mantenimiento, según análisis preliminares en distritos de Madrid como Salamanca, Argüelles, Chueca y Prosperidad.
Terrazas con invernaderos descontaminantes
Comentaba el premio Nobel Camilo José Cela en el artículo Jardines en el tejado (ABC, 1995) que “un inventor con tiempo para la fantasía ha tenido la idea de convertir tejados en jardines, siendo una inquietud tan saludable como oportuna”.
La fantasía que comentaba Cela se ve acompañada de realidades, poco reconocidas por los urbanitas, entre las que podemos señalar:
Las azoteas son uno de los recursos dormidos que podemos despertar en nuestro país, al igual que se viene haciendo en otras ciudades del mundo, sustituyendo los bosques de antenas y tendederos por espacios verdes de huertos y jardines.
Un plus añadido lo constituyen los invernaderos que purifican el aire de las chimeneas de calefacciones de viviendas y oficinas, así como actividades industriales. Se trata de reconducir los gases expulsados a invernaderos, donde el calor, el CO₂, NO₂ y el polvo en suspensión pueden ser reciclados utilizándolos en el cultivo de plantas.
Las superficies naturadas en las cubiertas enfrían el aire que las rodea. Al deslizarse este desde las alturas por su mayor densidad, desplaza el aire contaminado de las calles, que se eleva y puede ser renovado mediante movimientos circulares.
Justicia social y naturación urbana
La recuperación de un área degradada, con una buena ubicación y habitada por grupos marginales, puede provocar un efecto de gentrificación. Puede atraer a ciudadanos más ricos que expulsan a los moradores tradicionales más pobres, enfrentados a una elevación de los precios de sus productos habituales o escasez de estos, así como de los servicios utilizados habitualmente. Con ello se alejan de sus puestos de trabajo y se rompe el entorno sociocultural de la comunidad en la que se encontraban.
La mayoría de las grandes ciudades con programas dinámicos urbanísticos se encuentran con ese marco operativo. Así, la ciudad de Nueva York muestra varias experiencias en dicho contexto. El corredor verde High Line, que aprovechó las infraestructuras de los pasos elevados en las calles para construir áreas verdes y jardines, ha tenido un gran éxito económico, atrayendo a turistas y negocios.
Otro proyecto exitoso ha sido Madrid Río. Esta iniciativa ha supuesto una mejora en la ribera del Manzanares. Se ha soterrado el tráfico con túneles, cubriéndolos con parques y áreas de recreo, con árboles y zonas verdes. Además, se ha recuperado el propio río, con su función natural y aumentando la biodiversidad. Es de interés analizar la evolución del vecindario, la revalorización de edificios, el perfil demográfico y los cambios producidos, habida cuenta el esfuerzo financiero realizado.
La celebración de eventos como las Olimpiadas ha sido un factor determinante para reestructurar ciudades como Pekín o Barcelona. Así, se han transformando zonas marginales o abandonadas, pero con un valor de situación geográfica, con el apoyo de inversiones públicas que, en definitiva, benefician a grupos determinados.
Caso especial para mencionar es el casco de La Habana Vieja. En conversación personal con el ya fallecido Eusebio Leal, historiador de La Habana, nos comentaba que se ha producido un fenómeno de recuperación, involucrando al propio vecindario, manteniendo los valores arquitectónicos y culturales tradicionales. Una de las preocupaciones ha sido evitar la gentrificación, fijando a la población habitual y facilitando actividades como el mercado de artesanía.
En conclusión, se puede decir que las soluciones basadas en la naturaleza aplicadas a los problemas urbanos deben encontrar un equilibrio entre la mejora del entorno medioambiental y la concordia económica y saludable del tejido social en que se ubican.
La tecnología nos ha traído cosas negativas. Pero también positivas como el poder reducir el consumo de papel.
Según distintas informaciones los estadounidenses desecharon más de 67 millones de toneladas de productos de papel a lo largo del 2018. Esta astronómica cantidad llegó a suponer más de un 23 % de los residuos sólidos que se produjeron en las ciudades.
Así, distintos estudios en los que se basan algunos investigadores, calculan que un trabajador americano en una oficina puede llegar a generar casi un kilo de residuos de papel a lo largo de la semana.
La buena noticia es que la utilización de recursos digitales, tanto en oficinas como en cualquier tipo de trabajos, es una manera extraordinaria de reducir el consumo de papel.
Reducir el consumo de papel. Una nueva organización
Mucho algunas acciones como ordenar o archivar en carpetas documentos importantes ya han pasado de historia. Según parece ya resulta extraño archivar cientos de documentos de todo tipo, como los documentos financieros o documentos relativos a la salud.
Implantación del mundo digital ha traído consigo, ya desde hace años, poder archivar y guardar los documentos de forma digital, tanto en ordenadores y otros dispositivos, como en contenedores en la nube.
Esta implantación del mundo digital a la hora de archivar documentos a su puesto de enorme cambio no solo un avance medioambiental. También a nivel social ya no hace falta realizar muchos desplazamientos o acudir a distintos lugares para solicitar documentación o entregar documentos.
Esta revolución a la hora de evitar el consumo de papel, que al final acabará en la basura, supone un avance sin precedentes a la hora de evitar la desforestación de muchas zonas del planeta. Son pequeños actos para solucionar un problema que durante décadas ha estado presente. Reducir el impacto medioambiental que supone la utilización del papel.