Parece ser que la gran epidemia de las botellas de plástico se ha convertido en uno de los grandes problemas de la humanidad. Huye de ellas de forma radical.
Cada segundo se consumen en el mundo 20.000 botellas de plástico. La mayoría corresponden a agua embotellada y refrescos. Su aumento ha sido imparable y nadie ha sido capaz de atajar el problema. Más bien todo lo contrario. El poder de la industria del petróleo y del plástico ha logrado silenciar este envenenamiento durante décadas.
El el año 2006 se calculaba una cifra de 300.000 millones de botellas de plástico circulando en el mundo. Diez años después, la cifra se incremento hasta llegar a casi 500.000 millones. Para el 2021, apenas dentro de un año, los cálculos se acercan a las 600.000 millones. Es decir, el doble que hace tan solo 15 años.
La gran epidemia de las botellas de plástico. Tímidos esfuerzos y apenas resultados
Y es que la realidad es apabullante. La mayoría de las botellas de plástico utilizadas para bebidas refrescantes y agua embotellada están hechas de tereftalato de polietileno. Así, este material es altamente reciclable. Pero mientras su uso aumenta en todo el mundo, los esfuerzos de recoger y reciclar las botellas para evitar que contaminen los océanos no logran seguirle el ritmo al consumo.
El reciclaje se ha convertido en un acto de buena voluntad pero no en una realidad tangible.
Menos de la mitad se recogió para su reciclado y solo el 7% de aquellas recogidas se convirtió en nuevas botellas. En su lugar, la mayoría de las botellas de plástico producidas acaba en vertederos o en océanos.
La gran epidemia de las la de plástico. Y el planeta prosigue con su enfermedad.
Y aún hay muchas personas que se preguntan que está pasando. Que el problema no existe y que son exageraciones de grupos minoritarios. Mientras tanto se oculta la realidad en beneficio del poder económico de las grandes empresas del sector.