Publicado el Deja un comentario

Los intereses económicos siguen mandando en el medio ambiente

Los intereses económicos siguen mandando en el medio ambiente

Desobediencia climática: la incómoda rebelión de científicos y ciudadanos. Los intereses económicos siguen mandando en el medio ambiente.

Activistas por el clima protestan en la COP27 de Sharm El-Sheikh.
UN News / Laura Quiñones

Fernando Valladares, Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC)

Las cumbres del clima comparten dos importantes características con la desobediencia civil no violenta: ambas son tan imprescindibles como insuficientes. También son incómodas, pero en eso gana, y por mucha diferencia, la desobediencia.

Lo que sí es una notable diferencia entre ambas es el caso que hacen a la ciencia: las cumbres del clima trabajan sobre la evidencia científica del cambio climático y sus impactos, sin avanzar apenas en las recomendaciones científicas. Sin embargo, sólo quienes participan en los actos de desobediencia civil parecen tomarse realmente en serio las advertencias de los científicos y científicas de todo el mundo.

Los gobiernos siguen subvencionando los combustibles fósiles

La modesta ambición de los acuerdos climáticos que año tras año se alcanzan en las cumbres del clima revela la complejidad de lograr acuerdos globales y, especialmente, que los representantes de cada país tienen otras prioridades a la hora de negociar su compromiso de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

No sólo las emisiones aumentan, cuando deberían disminuir, sino que los gobiernos no dejan de subsidiar todos los combustibles fósiles, incluyendo el más sucio, el carbón, que en 2022 ha protagonizado un terrible renacimiento.

La inquietud global por la inacción climática de los gobiernos crece y se manifiesta.

El objetivo del activismo se ha alcanzado: incomodar

Tras el parón forzoso de la covid-19, y ante la escasa atención política a la crisis climática, han aumentado las manifestaciones ciudadanas, agrupando numerosos colectivos, algunas coordinadas a nivel global.

Ante la cumbre número 27 del clima (Conferencia de las Partes o COP), numerosos ciudadanos, incluyendo activistas, científicos y teólogos han participado en actos de desobediencia que han logrado uno de sus objetivos: incomodar.

Hay más dudas y mucha polémica sobre si han conseguido otro de sus objetivos: que se hable de la emergencia climática y el rotundo incumplimiento del Acuerdo de París.

Muchas de estas acciones han llamado la atención internacional sin provocar ningún daño. Entre ellas, tirar sopa de tomate al cristal que protege un cuadro famoso de Van Gogh o de Goya, lanzar una tarta a una figura de cera de Carlos III o pegarse a coches deportivos. Hemos escuchado voces airadas y muchas quejas. Incluso se argumenta que estas acciones podrían generar el efecto contrario del que buscan.

¿Quién se queja de las protestas?

Antes de seguir analizando la polémica, unas preguntas: ¿Quién se queja de estas acciones? ¿Acaso se quejan los ciudadanos de Sierra Leona, o los últimos habitantes que quedan de las islas Tuvalu y tantas otras engullidas por la subida del nivel del mar? ¿Hay entre los que escriben airadas columnas o pronuncian enfadados discursos algún migrante climático o alguien que ha perdido su casa en un incendio de sexta generación? ¿Le ha parecido mal alguna de estas acciones a los familiares de esos 5 000 españoles que perdieron la vida como consecuencia de las olas de calor del verano de 2022? Estas voces proceden principalmente de miembros afortunados de una sociedad adormecida a quienes sienta mal que les despierten de la siesta.

La inacción climática genera nuevos activismos

Las voces molestas por una desobediencia incómoda no reparan en el hecho de que quienes recurren a la desobediencia civil no violenta no son solo jóvenes rebeldes antisistema. Estos actos que acaparan titulares, se planean con sumo detalle para no generar daños irreparables a las obras, y cuentan con la asesoría de abogados y juristas voluntarios para que la acción se aleje lo menos posible de los marcos legales de cada país. En estos actos también participan científicos y otros segmentos muy variados de la sociedad.

Científicos y teólogos, juntos en la desobediencia climática

Científicos de más de 40 países, agrupados en movimientos como Scientist Rebellion (Rebelión Científica), han decidido no dejar solos a los millones de activistas de todo el mundo que se apoyan en la ciencia para forzar un cambio profundo en nuestro sistema socioeconómico, un cambio que permita atajar el cambio climático. Teólogos y representantes de colectivos cristianos recurren también a la desobediencia civil no violenta para detener el calentamiento global.

Muchos cristianos se manifiestan por el clima, inspirados por la encíclica Laudatio Si del papa Francisco, un documento basado en la evidencia científica y que exhorta a proteger el planeta en el que vivimos.

El número de movimientos de protesta se ha triplicado desde 2006

En los últimos años se ha producido un crecimiento espectacular de los movimientos sociales que manifiestan su disconformidad mediante movilizaciones públicas y actos de desobediencia civil, desde Black Lives Matter y Fridays for Future hasta las protestas masivas de los agricultores indios. El número de movimientos de protesta se triplicó entre 2006 y 2020.

Los datos revelan que estos nuevos activistas son muy eficientes. El trabajo de Extinction Rebellion (XR) en UK evitó 13 toneladas de dióxido de carbono por cada libra que gastó en promoción; por cada dólar gastado por Sunrise Movement se evitaron aproximadamente cinco toneladas de dióxido de carbono.

La relación coste-eficacia de XR y del Movimiento Sunrise es mejor que la de una de las organizaciones benéficas climáticas mejor valoradas a nivel mundial, Clean Air Task Force, por factores de 12 y 6 veces respectivamente.

El apoyo de corporaciones y fortunas con problemas de conciencia

Incluso los movimientos de protesta con escasa financiación han tenido un impacto catalizador en la consecución de cambios positivos a gran escala. Así, el apoyo a los movimientos de protesta jóvenes y emergentes podría ser una de las cosas más impactantes en las que pueden participar los filántropos, y muchos de nosotros. De hecho, los herederos y beneficiarios de dos grandes fortunas petroleras estadounidenses apoyan a grupos que luchan por bloquear proyectos de combustibles fósiles. Sienten una obligación moral.

Equation Campaign, fundada en 2020, brinda apoyo económico y defensa jurídica a las personas que viven cerca de oleoductos y refinerías, y que están tratando de detener el aumento de los combustibles fósiles mediante métodos que incluyen la desobediencia civil. Estos objetivos se comparten con el Fondo para la Emergencia Climática, fundado en 2019 en California. Ambas cuentan con respaldo económico de descendientes Getty Oil y de la familia Rockefeller que fundó Standard Oil en 1870. Save Old Growth y Just Stop Oil son otros grupos muy eficientes en la lucha climática que cuentan con apoyos económicos de fortunas creadas a partir del negocio del petróleo.

La angustiosa necesidad de la desobediencia

Merece la pena no olvidar que Mary Richardson y sus compañeras incomodaron a la sociedad británica de hace un siglo y el sufragio se hizo realmente universal. Hasta entonces solo tenía derecho a voto la mitad de la población. Si eras mujer, no votabas. Mary apuñaló el cuadro de la Venus del Espejo, arriesgó su integridad física y su libertad y logró junto con el resto de las sufragistas cambiar las cosas.

La desobediencia no busca hacer amigos. El cambio climático es un problema grave que nos afecta a todos y que trae consigo una terrible injusticia: aquellos países y aquellas partes de la sociedad que más sufren las consecuencias son precisamente quienes menos han influido o influyen en el calentamiento de la atmósfera.

Un cuadro apuñalado.
Daños en la Venus de Rokeby por el ataque de Mary Richardson. El lienzo fue restaurado posteriormente.
Wikimedia Commons

La cruel paradoja de los países que menos emiten

Pakistan, que ha contribuido con menos de un 1% a la emisión de gases de efecto invernadero, tiene un tercio de su país bajo el agua tras sufrir las avalanchas históricas de unos glaciares que se funden a marchas forzadas, generando una tremenda cascada de impactos que evidencian una dramática injusticia climática. Todos estamos haciendo esfuerzos para reducir emisiones, mientras un 1% de los que viajan en avión (quienes viajan en jets particulares o en primera clase) son responsables del 50% de las emisiones del sector aeronáutico.

Para abordar la crisis climática se realizan anualmente unas grandes, costosas y muy paradójicas cumbres del clima, en las que líderes políticos y grandes empresarios viajan precisamente en jets privados. La número 21, que se celebró en París en 2015, fue especialmente importante porque en ella se estableció que no debíamos rebasar una temperatura superior a 1,5 C de calentamiento sobre la era preindustrial en el conocido Acuerdo de París.

El problema con el Acuerdo de París de la COP 21 es que en lo único que nos hemos puesto realmente de acuerdo es en incumplirlo. Las emisiones que tenían que ir bajando no paran de subir, aumentando lo que se conoce como “brecha de emisiones”, la dolorosa y peligrosa distancia entre donde deberíamos estar y donde estamos en términos de emisiones de gases de efecto invernadero.

Por este cúmulo de circunstancias y resultados las cumbres del clima son a todas luces insuficientes. También por todo esto la desobediencia civil es angustiosamente imprescindible. Perdonen las molestias.The Conversation

Fernando Valladares, Profesor de Investigación en el Departamento de Biogeografía y Cambio Global, Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC)

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

Publicado el Deja un comentario

Lo que debes saber de los microplásticos

Lo que debes saber de los microplásticos

Todos hemos oído hablar de ellos pero no sabemos mucho. Lo que debe saber de los micro plásticos que están invadiendo nuestro mundo

Muchos piensan que cuando hablamos de micro plásticos nos referimos únicamente a los que se encuentran en el cuerpo de algunos peces o en los mares. Pero nada más lejos de la realidad. Por desgracia para todos los micro plásticos se encuentran en todas las partes.

Lo que debes saber de los microplásticos
Lo que debes saber de los microplásticos

Lo que debes saber de los microplásticos. Lo primero, están por todas partes

Lamentablemente es así. Los microsplásticos nos han invadido y se encuentran en todas las partes que nos rodean. Así podemos encontrarlo en el aire, en la tierra en el agua y en cualquier parte del planeta. También se han localizado en todo tipo de seres vivos que van desde bacterias a plantas.  También en insectos y todo tipo de animales incluso en el cuerpo humano de forma mucho más habitual de lo que piensas.

La razón es simple: muchos de los alimentos que consumimos a diario, que van desde los que se producen en el mar o en la tierra, hasta el agua, contienen micro plásticos.

El agua que consumimos, tanto la embotellada como la del grifo, también contiene trazas de microplásticos.  Y de ahí la importancia de adquirir un buen filtro de agua que nos garantice, además de su limpieza y sabor, eliminar todo este tipo de contaminantes.

Lo que debes saber de los microplásticos. Segundo, cual es el problema

A pesar de ser un problema creciente y todavía están pendientes muchos estudios profundos. Aunque lo que ya es seguro es que los micro plásticos se ha convertido en una preocupación importante para la sociedad.  Ya que al ser un producto que está por todos los lados, pueden filtrarse ingerirse en el cuerpo humano de múltiples formas.

Por ello pueden causar daños muy graves en la organismo. De tal manera que pueden afectar de forma significativa la salud reproductiva de los seres humanos y de la fauna de todo el planeta.

También se asocia esta llegada de los plásticos en nuestro organismo de forma masiva con posibilidades de enfermedades cancerígenas, aunque es difícil hoy en día saber exactamente el impacto en nuestro organismo.

Lo que debes saber de los microplásticos: la solución

Hoy en día y a falta de estudios más profundo se apuntan a dos soluciones realmente sencillas. Realidad ambas se han sido puestas en marcha pero de forma muy tenue y más bien de cara a la galería.

Una de ellas, es la previsión de algunos tipos de plástico de un solo uso. Éste es el caso de bolsas, cubiertos o elementos de comer, o plásticos que envuelven determinadas comidas. Es curioso que aunque sea una medida adoptada se ve claramente que no ha sido impuesta con criterios serio sino más bien de cara a la galería. Casualmente puede seguir adquiriendo bolsas de plástico en los supermercados y puedes comprar elementos envueltos en plásticos de un solo uso, como las botellas de agua y refresco, que son las que más contaminan.

La segunda medida en la que parece no hay excesivo interés por parte de los gobiernos es la del reciclaje. Es cierto que se han gastado grandes cantidades de dinero en difundir y dotar a las ciudades de contenedores para el reciclaje. Pero la realidad manifiesta que ha sido más como una medida populista que es una medida efectiva para solucionar el problema. Se ha tomado como referencia seguir la tónica de países vecinos. De tal forma, olvidándose de crear una estructura logística y un sistema de educación ciudadana que permita a la gente distinguir y poner en práctica un reciclaje verdaderamente efectivo. Y la verdad que a nivel político tampoco les importaba mucho los resultados bochornosos que se dan. Y es más todavía se sigue presumiendo a las electorales.

SPEB

Publicado el 1 comentario

Cambiar hacia una vida sostenible

Cambiar hacia una vida sostenible

Podría ser un buen objetivo personal para el 2022. Tomar en serio el medio ambiente y cambiar y hacía una vida sostenible.

Afortunadamente la conciencia social hacia el cuidado del medio ambiente va creciendo poco a poco. A pesar del escaso interés de los políticos que nos va más allá de una pura fachada y química dos empujones. En realidad, como en muchas otras cosas, el cambio lo vamos a producir nosotros

Una de las acciones que deberíamos empezar a tomarlos en serio es el reducir al máximo el consumo y la posterior eliminación de residuos biodegradables. Aligerar la bolsa de la basura y, sobre todo, vaciarla de plásticos y residuos biodegradables, es vital para evitar al máximo la formación de gases como el metano.

Cambiar hacia una vida sostenible
Cambiar hacia una vida sostenible

La comisión europea ha insistido en este punto. Es un compromiso ciudadano tomarse en serio la separación de la basura. Y dentro de este tipo de reciclaje separar concienzudamente los residuos orgánicos, que dicho sea de paso, según la citada comisión europea deben de depositarse en el contenedor marrón. Ahora usted se preguntará igual que lo hecho yo, ¿dónde diablos está el contenedor nadie a marrón?

También una alternativa recomendada por los expertos, pero mucho más difícil de llevar a cabo sobre todo en las ciudades, supone el favorecer la composición de compost. Éste, bien conocido en los ambientes rurales, es un abono natural producto de es correcto almacenamiento de la materia orgánica.

Cambiar hacia una vida sostenible

Pero al final muchos piensan que el reciclaje cuidado en la separación de los vecinos por parte de los ciudadanos es muy importante. Pero también es cierto que en muchas ciudades no hay las más mínimas facilidades para que se lleve acabo el reciclaje. También hemos oído abundantes quejas en el sentido de que, a pesar de existir varios contenedores, los responsables de la recogida, en muchas ocasiones acaban juntándolo todos en el mismo camión.

También hay que destacar las complicaciones para muchos solares que tienen que vivir en espacios muy reducidos. Tener que comprar una cocina pequeña 3, 4 o 5 tipos de cubos de basura es excesivamente complicado. Puede que una solución más inteligente sería un mayor control sobre los elementos plásticos y de difícil reciclaje que se están permitiendo vender en tiendas y supermercados.

SPEB

Publicado el 2 comentarios

Amway es el futuro sostenible en la economía y el consumo

Amway es el futuro sostenible en la economía y el consumo

Ha conseguido adaptarse a los cambios en sus 60 años de vida. Tanto económicos como sociales. Amway es el futuro sostenible en la economía y el consumo

Cada día crece la preocupación de las familias y de distintos colectivos por el cuidado del medio ambiente. Pero lo que actualmente, y hay que agradecérselo y felicitarnos, se está convirtiendo en una concienciación colectiva ante los problemas de abuso medioambiental que hemos tenido, hace 60 años apenas existía esta preocupación. Aun así, Amway comenzó en esos tiempos a dar prioridad a una filosofía medioambiental, de cuidado y respeto, en la fabricación de todos sus productos.

Amway es el futuro sostenible en la economía y el consumo
Amway es el futuro sostenible en la economía y el consumo

Amway es el futuro sostenible en la economía y el consumo, y desde hace 60 años

Y uno de los factores en que se está poniendo mayor hincapié es en la fabricación de los envases. Pero no solo desde el punto de vista de la sostenibilidad. Así se están planteando distintos argumentos sobre fórmulas que se están utilizando y pueden plantear riesgos de seguridad en el hogar. Por ello, los canelones que inició Amway hace más de medio siglo, cobran en estos momentos su máxima actualidad. Se trata de dotar a todos sus productos de fórmulas con ingredientes naturales que no comprometan la salud y el medio ambiente.

Las tareas domésticas, una necesidad para todo el mundo

A la mayoría de las personas no le desagrada realizar tareas domésticas. Por ello, están permanentemente buscando maneras de emplear menos tiempo y menos esfuerzo en realizarlas. Pero asimismo, existe la sensación de bienestar unida a los resultados de limpieza. Es decir, limpieza, salud y bienestar siempre han estado y estarán unidos. La eficiencia, la comodidad, la facilidad de uso y el respeto medioambiental, influyen en las preferencias de los consumidores a la hora de utilizar unos productos u otros.

De esta manera las marcas de limpieza del hogar, como está haciendo Amway, que logren superar a sus rivales en todos los aspectos que hemos mencionado, y especialmente en el respeto medioambiental, tiene mucha más probabilidades de ser aceptadas que las que abandones esta preocupación social y respeto por sus cliente.

SPEB

Publicado el Deja un comentario

El peligro de las mascarillas para la contaminación

El peligro de las mascarillas para la contaminación

El gran peligro de las mascarillas para la contaminación ¿Cuándo tendremos mascarillas más sostenibles?

29Las infecciones microbianas provocadas por bacterias, hongos, virus y otros patógenos han estado siempre presentes a lo largo de la historia de la humanidad.

En este escenario, ya se ha desarrollado desde hace unos cien años una gran variedad de medicamentos (como antibióticos u otros productos químicos). Pero todavía existen problemas importantes sin resolver que están amenazando a la salud humana. Por ejemplo, la resistencia a los medicamentos y nuevos patógenos emergentes.

La pandemia actual causada por el virus SARS-CoV-2 ha provocado un colapso de los sistemas de salud, impactos socioeconómicos sin precedentes y cambios significativos en todos los aspectos de la vida humana. Además, ha causado la muerte de casi seis millones de personas en todo el mundo.

Los aerosoles de SARS-CoV-2

Como otras enfermedades respiratorias, la principal fuente de infección por SARS-CoV-2 y sus variantes es la transmisión de microgotas. Estas se liberan cuando una persona infectada tose, estornuda, habla, canta o respira.

De esta manera, los virus pueden transmitirse de persona a persona a través de microgotas respiratorias dispersas en el aire (aerosol) o por vías de contacto directo e indirecto (fómites).

Los virus en estas gotículas pueden permanecer viables en el aire y en las superficies por períodos de tiempo prolongados. Pueden ir desde horas hasta días, dependiendo de la superficie del material donde se localicen.

Además, en función del tamaño de las gotas del aerosol procedente del aparato respiratorio, el rango de transporte puede ser más o menos amplio. Por ejemplo, las partículas más grandes (de más de 20 micras) tienen un alcance más corto (de menos de 1,5 metros). Esto sucede porque son demasiado pesadas para flotar en el aire y caen rápidamente sobre las superficies.

Sin embargo, cuando estas partículas son muy finas (menos de 10 micras), pueden transportarse a distancias mucho más lejanas (más de 1,5 metros e incluso más de seis metros) en forma de aerosol.

Principal vía de protección: las mascarillas

Durante la pandemia se han recomendado diferentes medidas para evitar contagios como el lavado de manos, el establecimiento de un distanciamiento social, los confinamientos, la cuarentena y las restricciones de viajes.

Pero hay otra medida que ha demostrado ser muy efectiva en la prevención y control de infecciones y que todavía sigue instaurada: el uso de la mascarilla facial protectora. Esta protege a los trabajadores de la salud y a las personas que pueden estar expuestos al virus.

En los países donde la mascarilla ha sido obligatoria desde el principio de la pandemia, como China, Singapur y Corea del Sur, la propagación de covid-19 ha sido controlada de manera más eficaz. Esto se ha demostrado con datos epidemiológicos.

Existe una gran diversidad de tipos de mascarillas. Encontramos higiénicas, quirúrgicas, FFP1, FFP2, KN95, N95, FFP3. Cada una tiene diferente porosidad, están fabricadas por diferentes métodos, tienen distintos materiales, distinto número de capas, etc.

Figura 1. Tipos de mascarillas, métodos de fabricación, mascarillas convencionales y mascarillas capaces de inactivar microorganismos. Creado con Biorender. / Ángel Serrano.
Author provided

¿Qué limitaciones tienen las mascarillas actuales?

El mecanismo básico de una mascarilla convencional consiste en que las gotículas de aerosol que contienen virus se capturan en las estructuras porosas de la mascarilla. Estas actúan como barrera física y no permiten que se inhalen por el sistema respiratorio.

Sin embargo, presentan algunas limitaciones. Las mascarillas convencionales están fabricadas de materiales que no tienen capacidad antimicrobiana. Es decir, no son capaces de inactivar los microorganismos en cuanto estos entran en contacto con el tejido de la mascarilla.

Por lo tanto, el virus permanece activo en ellas (Figura 1) y la infección puede provocarse fácilmente si el usuario toca la mascarilla y luego un ojo o la boca, por ejemplo.

Además, el uso masivo de mascarillas está generando una fuente creciente de desechos que constituye uno de los nuevos problemas ambientales que afronta nuestra sociedad.

Una nueva generación de mascarillas más sostenibles

Tras la irrupción de la nueva variante ómicron se produjo un crecimiento exponencial de contagios. En este contexto, gobiernos de todo el mundo han hecho obligatorio el uso de mascarillas en lugares públicos. Todo ello, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En este escenario de uso generalizado de la mascarilla, investigadores de todo el mundo están trabajando para poder desarrollar nuevas mascarillas antimicrobianas. El objetivo es que sean autoesterilizables, reutilizables y capaces, además, de biodegradarse en un tiempo adecuado. Así proporcionarían una solución sostenible con el medio ambiente.

Los materiales o recubrimientos antimicrobianos funcionan como agentes biocidas que pueden eliminar e inhibir el crecimiento de microorganismos en las superficies. De esta manera, podrían prevenir la transmisión de patógenos.

Estos materiales y recubrimiento biocidas deben ser seguros y no producir efectos nocivos a los consumidores. Las tecnologías modernas, junto con los avances de la ciencia y la ingeniería de materiales, han conseguido aumentar la efectividad de los materiales biocidas.

En resumen, las mascarillas antimicrobianas de nueva generación serán herramientas importantes para prevenir infecciones virales y de otros microorganismos como las bacterias multirresistentes. Estas últimas, según la OMS, se estima que podrían producir mayor cantidad de fallecimientos que otras enfermedades como el cáncer en el año 2050 si no se toman medidas eficaces hasta entonces.

Estas mascarillas antimicrobianas proporcionan una protección superior al usuario y reducen la generación de residuos infecciosos. En el progreso hacia el desarrollo de estas mascarillas ha contribuido significativamente las nuevas tecnologías de materiales biocidas que se están implementando en una amplia gama de aplicaciones. Incluida la producción de otros equipamientos protectores como las pantallas faciales, gafas, guantes, ropa, etc.

Sin embargo, hay que reconocer que es necesario hacer un mayor esfuerzo para resolver los crecientes problemas ambientales producidos por la utilización masiva de mascarillas faciales no reutilizables.The Conversation

Juan Andrés Bort, Catedrático de Química-Física, Universitat Jaume I; Alba Cano Vicent, Estudiante predoctoral y técnico de investigación, Universidad Católica de Valencia; Alberto Tuñón Molina, Estudiante predoctoral y técnico de investigación, Universidad Católica de Valencia; Amanda Gouveia, investigadora postdoctoral, Universitat Jaume I; Ángel Serrano Aroca, Profesor de Biotecnología, Universidad Católica de Valencia; Camila Cristina de Foggi, Profesora adjunta, Universidade Federal do Rio Grande do Sul; Ivo Mateus Pinatti, Post-doctorate in Science, University of São Paulo State y Miguel Martí Jiménez, Profesor de Microbiología, Universidad Católica de Valencia

Shutterstock / ToKa74

Juan Andrés Bort, Universitat Jaume I; Alba Cano Vicent, Universidad Católica de Valencia; Alberto Tuñón Molina, Universidad Católica de Valencia; Amanda Gouveia, Universitat Jaume I; Ángel Serrano Aroca, Universidad Católica de Valencia; Camila Cristina de Foggi, Universidade Federal do Rio Grande do Sul; Ivo Mateus Pinatti, University of São Paulo State y Miguel Martí Jiménez, Universidad Católica de Valencia

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.