Nutrílite es la empresa número uno del mundo en complementos nutricionales y vitamínicos y le enseña la mejor forma de potenciar tu sistema inmunológico.
Es complicado comida a la responsabilidades profesionales y las obligaciones familiares y personales de los milenians en estos tiempos.
La mejor forma de potenciar tu sistema inmunológico
La realidad diaria de la mayoría de personas 25 hoy 45 años, especialmente las mujeres, están familiarizadas con una vida ajetreada, con el estrés y con las complicaciones de conciliar la vida familiar y el trabajo. Por eso este tipo de personas tiene que barajar diariamente una serie de circunstancias marcadas por los cambios emocionales y por las prisas.
La mejor forma de potenciar tu sistema inmunológico. No te olvides de cuidar tu salud.El tener que vivir día día manejando de la mejor forma posible toda esta serie de situaciones estresantes ha venido propiciando que el cuidado de la salud quede relegado a un segundo plano. Y en muchos casos incluso olvidado por completo.
Recuperar el equilibrio, objetivo número uno.
Ofrece una forma sencilla y adaptado a todo tipo de personas de recuperar buena parte del equilibrio. Y lo ha conseguido lanzando un producto específicamente desarrollado para apoyar el sistema inmunológico de este tipo de personas, especialmente, mujeres y madres Milenials.
Porque al final, todos necesitamos de un apoyo inmunitario, con independencia de la edad y el sexo. Y eso es, precisamente, lo que hace este nuevo producto de Nutrilite, en formato de gominola. Así, gracias a esta solución, Nutrilite ofrece en su producto Inmuno, una ayuda gracias a su vitamina C, zinc y extracto de vallas de saúco.
En términos científicos significa que la vitamina C y el zinc contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunitario. En términos de las personas que sufren las consecuencias del estrés actual, significa que es una forma sencilla de suplir posibles carencias nutricionales y de cuidarse mejor.
Son dos etapas de la fase del sueño fundamentales. Se trata del sueño REM y el no REM. Sigue leyendo para saber más sobre ello
Sueño NO REM
Consta de tres etapas.
La primera es la fase del sueño más ligero. En ella se puede despertar uno fácilmente por ruidos y otro tipo de molestias. Durante esta fase primera los ojos se mueven cinta mente, los músculos se relajan con pequeñas contracciones, los ritmos cardíacos y respiratorios comienzan a tener una ligera disminución.
Sueño REM y Sueño no REM
En la etapa dos el ritmo cardíaco y el respiratorio disminuye aún más. También se detiene el movimiento de los ojos y las ondas cerebrales disminuyen con ráfagas ocasionales de ondas rápidas. Se pasa alrededor de la mitad de la noche en esta etapa.
Por último en la etapa tres es donde llegamos a tener un sueño más profundo. En este periodo es muy difícil despertarse. La respiración y el ritmo cardiaco, registran los valores más bajos y el cerebro traduce también ondas extremadamente lentas llamadas ondas delta. En esta etapa es cuando se produce, tanto en niños como adultos, el fenómeno de andar sonámbulos. Así, suelen hacerlo durante la tapa tras el sueño no R.E.M.
Esta fase se considera la etapa reparadora del 14, necesaria para sentirse descansado y con energía durante todo el día.
Sueño REM
El sueño empieza normalmente a los 60 o 90 minutos después de quedarse dormido. Y se da, de forma ideal, de 3:00 a 5:00 veces en cada noche. Durante este sueño se producen los sueños. Los ojos se mueven rápidamente en distintas direcciones, incluso aunque los párpados permanezcan cerrados. La respiración se hace más rápida, irregular y superficial. También se incrementan el ritmo cardiaco y la presión sanguínea.
Durante este tipo de sueño el cerebro está más activo, pero los músculos de los brazos y las piernas están casi paralizados. Así no se puede representar ningún sueño que se esté teniendo en este momento.
Es curioso constatar que el sueño no avanza secuencialmente por estas etapas diferentes. Así comienza en la etapa uno y avanza a las etapas dos y tres. Después de la etapa tres se repite la etapa dos, antes de entrar en el sueño REM. Cuando se acaba el sueño REM el cuerpo vuelve normalmente a la etapa dos. En total, el cuerpo repite los ciclos por estas etapas aproximadamente 4 o 5 veces durante la noche.
Según se va durmiendo el sueño REM se va haciendo más largo, mientras que el tiempo del Estado tres del sueño no R.E.M. se va haciendo más corta. Mientras que el primer ciclo de sueño Ren durante poco tiempo se va haciendo más largo cada ciclo, alcanzando hasta una hora según avanza el sueño. En el momento de despertarnos, casi todo el tiempo de sueño será en las etapas uno y dos del sueño no R.E.M.
Dureza, materiales, tamaño. Al final es importante saber qué es lo más importante para elegir una cama y cómo hacerlo.
Para la mayoría de las personas a la hora de elegir una cama normalmente solo piensan en el colchón. Y su pregunta suele ser si es cómodo para estar tumbado. O si será un buen apoyo para las personas que tienen problemas de espalda. Pero en realidad para conseguir un sueño de calidad y descansar de forma óptima hay otras muchas cuestiones que resolver en el entorno del sueño. Porque realidad el objetivo es conseguir un descanso y una recuperación adecuados y un sueño confortable.
Qué es lo más importante para elegir una cama
Qué es lo más importante para elegir una cama. Algunas pistas
A continuación se citarán algunos puntos que consideramos de suma importancia a la hora de escoger un método de descanso. En primer lugar la comodidad física y dentro de ella evitar en todos los casos la ausencia de puntos de presión. Otro aspecto importante es el apoyo que sea capaz de ofrecer.
Tampoco debemos de olvidar aspectos externos, como la temperatura ambiente o el control de humedad del ambiente en donde nos encontramos y dormimos. Este aspecto también es importante cuidar la ventilación.
Por último no se deben de olvidar otros aspectos fundamentales que muchas veces no están lo suficientemente cuidados. Estamos hablando de la higiene tanto del entorno como, el cada vez más importante, entorno energético.
Al final, cada uno de estos aspectos que hemos mencionado, juntos o por separado, afectan a la calidad de nuestro sueño, y lo mejora en los empeorar considerablemente.
Qué es lo más importante para elegir una cama. Nikken ha creado un sistema de sueño único
Debido a que el sueño es una de las acciones más importantes y que más repercuten en nuestra salud Nikken ha creado un sistema de sueño único. Está compuesto por un sobre colchón, una almohada y un edredón. Todos ellos de forma conjunta actúan como una burbuja de sueño y ofrecen a cada persona un entorno específicamente adaptado para él.
Para conseguirlo ha sido desarrollado basándose en la investigación de todos los aspectos del entorno de sueño que afectan a su calidad. Así, Nikken ha añadido sus tecnologías distintivas en el campo de las energías. Y también materiales naturales, llevando sus tres energías fundamentales de la naturaleza hasta nuestros dormitorios.
Así el sistema de Nikken cuenta con la relajación y el equilibrio de las avanzadas tecnologías magnéticas. Asimismo incorpora el confort térmico y el soporte para el organismo de la energía infrarroja distal por último incluye la tecnología pasiva de iones negativos, que proporciona la paz y tranquilidad que se pueda encontrar en los lugares más vírgenes y naturales.
Para la piel no es lo mismo hidratar que nutrir. Pero hay que saber la importancia de tener la piel hidratada en todo momento
Los porcentajes de agua en la piel tienen bastantes cifras aunque es habitual considerar que contienen un 64 % de agua. Por esa razón mantenerla hidratada es imprescindible para su salud. Ya que en realidad la palabra hidratación está asociada e identificada con el agua.
Cuando la piel está deshidratada tiene una apariencia escamosa, opaca y seca. Por el contrario cuando tienen la suficiente agua es suave, radiante y tiene un tono constante y uniforme en toda su superficie.
Importancia de tener la piel hidratada. No es lo mismo que nutrida
Hidratación y nutrición. Son dos conceptos que se usan indistintamente, y en muchos casos se identifica el significado de los dos. Pero existe una gran diferencia entre los dos tejidos. Así, la piel deshidratada es deficiente en agua. Mientras que la piel seca, es deficiente sebo, es el secretado por las glándulas sebáceas de la piel.
¿Cómo saber la diferencia entre hidratación y nutrición de la piel?
Detectar la diferencia es bastante sencillo. Porque los dos tienen signos claramente diferentes. La piel seca suele presentarse con picazón, enrojecimiento, exclamación e irritación. Mientras que la piel deshidratada se presenta opaca, arrugada, hinchada y con sombras alrededor de los ojos, boca seca y aumento de sensibilidad.
Importancia de tener la piel hidratada
Importancia de tener la piel hidratada: varias formas
Hay varias formas de mantener la piel hidratada y también varias formas de nutrirla. Vacaciones son en realidad dos procesos diferentes. En primer lugar la hidratación de la piel se produce una forma decente, añadiendo de agua. En esta ciudad reponemos temporalmente las células de la piel, y dejamos la piel de agua.
Otra realidad que es como beber agua a hidratar la piel. Así, solamente que sean grandes cantidades no es un remedio muy eficaz y de la tabla 100. Porque esta es la última parte del cuerpo en la qué antes ha tenido que pasar por otros órganos. Sin embargo lo que es una realidad es que le vea la cantidad adecuada de agua, y encima si esa es la máxima calidad, ayuda a eliminar las toxinas del cuerpo, y también.
Es una opinión un anime entre dermatólogos elementos como el ácido hialurónico, la glicerina, urea, o las vitaminas antioxidantes A, C, y E son ingredientes beneficiosos para la piel. Esta razón estos elementos suelen estar incorporados en las cremas y cosmética de buena calidad.
Nos preguntamos poco sobre qué es la dieta mediterránea. Asumimos que está relacionada con aquello que comemos los mediterráneos y que, además, es buena para nuestra salud.
Sin embargo, después de mucho más de medio siglo de investigaciones diversas, las discusiones y desacuerdos sobre su realidad siguen vivos. También aspectos aún tan importantes como el concepto en sí mismo, su esencia y su desarrollo, continúan provocando airadas discusiones entre expertos y profesionales de distintas disciplinas.
Qué debe tener su dieta para considerarla mediterránea
En este contexto nos preguntamos qué es la dieta mediterránea. Desde una perspectiva muy básica de carácter médico, podríamos decir que la dieta mediterránea es un patrón dietético recomendado por los especialistas y considerado como saludable.
Está basado principalmente en vegetales, con una importante presencia del aceite de oliva, e incluye cantidades moderadas o bajas de alimentos de origen animal.
Dieta mediterránea: importa qué comemos pero también cómo y con quién
Desde el punto de vista de la nutrición, es decir, de los efectos de determinados alimentos sobre el organismo después de su ingesta, no hay mucho más que decir. Esta definición nos sirve.
La dieta mediterránea no es una solo lista de ingredientes
Sin embargo, hay cosas importantes sobre las que deberíamos extendernos un poco más. Por un lado, el hecho de que la noción de dieta mediterránea haya experimentado una evolución importante y progresiva durante el último de medio siglo.
Nos ha ido llevando desde lo que en un inicio era únicamente un patrón dietético saludable para el corazón hasta visiones más actuales que la plantean hoy como un modelo de dieta local y sostenible que forma parte de nuestras culturas y de nuestro patrimonio.
Lo que nos interesa destacar aquí es que esta evolución ha transformado el concepto de dieta mediterránea, llevándola desde posiciones estrictamente médicas y nutricionales hasta visiones más vinculadas con la sociedad, la cultura, los estilos de vida y el medio ambiente.
Todo ello es consecuencia, muy particularmente, de su inscripción como Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por parte de UNESCO en el año 2010. Desde entonces, se entiende la dieta mediterránea como un sistema alimentario patrimonial que va mucho más allá de aquello que ingerimos y que incluye toda la cultura material e inmaterial que rodea nuestra alimentación (utensilios, espacios, rituales, fiestas y celebraciones…).
Sin embargo, es difícil huir de perspectivas bien establecidas, como las relacionadas con la salud. Pocas cosas nos importan más que la salud en esta vida (y la pandemia de covid-19 nos lo ha hecho, una vez más, evidente).
Una alimentación llena de cultura
Así, no es extraño observar aún hoy visiones frecuentes de la dieta mediterránea ancladas en el tiempo. Estas, en virtud de las recomendaciones médicas, predican una alimentación más basada en aquello que se comía en los años sesenta del siglo pasado que en nuestra alimentación actual.
Nos estamos perdiendo bastantes cosas en el camino. Por una parte, que nuestra alimentación forma parte de nuestra cultura. Así, la dieta mediterránea debe ser vista como un sistema alimentario vivo y en continua evolución.
Dicho sistema recorre todos los eslabones de la cadena, que van desde la producción hasta el consumo, del campo hasta la mesa (e incluso más allá, con el reciclaje y el compostaje y el retorno a la producción). Hoy no comemos como hace cien años, ni dentro de cien años comeremos como lo hacemos hoy. Parece obvio, pero no lo es.
Estas premisas, sin embargo, chocan con visiones centradas fundamentalmente en la salud, en las que la dieta mediterránea se observa más como una lista de ingredientes saludables que hay que consumir diaria o semanalmente, medidos en unidades, en gramos o en centilitros, que como un sistema alimentario y culinario con una amplia base cultural.
No comemos nutrientes, comemos alimentos, y estos son inseparables de su carga cultural inherente. Así, tendemos a enfocar nuestros esfuerzos y quejas en relación con la adherencia o no a los patrones de una dieta idealizada.
Un sistema alimentario complejo e interdependiente
Recordemos que la pirámide de la dieta mediterránea es una recomendación. Si es necesario recomendarla desde un punto de vista médico y nutricional, es muy posible que sea porque no estamos comiendo de la manera que se reivindica. O que lo estamos haciendo con un mayor o menor consumo de alimentos específicos (como el aceite de oliva, por ejemplo).
Sin embargo, los productos no solamente actúan sobre nuestro organismo. Lo hacen también sobre nuestra vida cotidiana, sobre nuestra economía… Que un producto como el aceite de oliva, por ejemplo, suba o baje de precio influye en que su consumo aumente o disminuya. Y eso, a la larga, puede influir también sobre nuestra salud.
No estamos atendiendo al hecho básico de que si no nos preocupamos por aquellos eslabones que se encuentran en el inicio de la cadena alimentaria (una producción protegida y bien pagada, una distribución adecuada y no situada en unas pocas manos, precios asequibles en relación con la compra y el consumo…), poco podremos hacer por los eslabones finales (el consumo, las repercusiones sobre la salud…) de manera aislada.
Cómo adaptar la dieta mediterránea a la era del móvil
Por otro lado, no podemos olvidar cuestiones como cuándo comemos, con quién comemos y cuánto tiempo utilizamos para comer. Comer es un acto social y habitualmente buscamos hacerlo en compañía.
Incluso el hecho de fotografiar aquello que comemos y enviarlo a través de las redes sociales es una forma de comunicarnos, una manera de compartir ese momento con los demás, incluso con aquellas personas que no nos acompañan físicamente en ese momento.
Aspectos tales como el hecho de comer solos o acompañados afectan en la elección de aquello que comemos, en el tiempo que empleamos en comer, en las cantidades que ingerimos… Y todo esto tiene consecuencias directas en nuestra salud que van más allá de los nutrientes.
Sin embargo, comer en compañía no siempre es posible. La jornada laboral y nuestro tipo de trabajo, sin ir más lejos, ordenan tanto nuestros horarios como las posibilidades de coincidir con otras personas para comer en compañía. El cambio en los sistemas familiares ha llevado también a que hoy en día un mayor número de personas vivan solas, muy especialmente personas mayores.
Todos estos aspectos forman parte de la evolución de nuestra dieta, de la transformación continua de nuestros estilos de vida. Moldean nuestros hábitos alimentarios, nuestras relaciones sociales y, evidentemente, aquello que acabamos ingiriendo.
En definitiva, la dieta mediterránea sigue viva. Es lo que comemos (que seguimos comiendo) los mediterráneos, y evoluciona a lo largo del tiempo, incorporando y eliminando constantemente productos, maneras e instrumentos de cocción o de preparación, momentos y lugares, formas de consumo…
No cabe duda de que puede ser una dieta saludable. Sin embargo, hemos de observarla desde la perspectiva de aquello que realmente comemos hoy en día (y no solo del qué, sino también del cómo, cuándo, por qué o con quién…) y trabajar a partir de ahí.
Quizás sea necesario “repensar” la dieta mediterránea. Hay que trabajar en toda la cadena alimentaria, intentando observar la transversalidad y la omnipresencia de la alimentación. Y, sobre todo, no olvidar que la sociedad no es un laboratorio sobre el cual se puede actuar de manera aislada. Desde este punto de vista, todavía queda mucho por hacer y por discutir.