Es el órgano más visible del cuerpo y en todas las personas es distinta porque la piel es única
Mantener una piel sana con un aspecto saludable es una muestra indiscutible de gozar de buena salud. Ya que normalmente buena parte de los problemas tanto físicos como emocionales que sufrimos acaba manifestándose, de una forma u otra, en nuestra piel.
La piel es única
La piel es única. Cuatro capas
Una primera capa es la capa exterior.
Está ese denominada manto ácido. Está preparada para evitar y protegernos de las bacterias. Así este manto ácido está formado por una mezcla de grasas naturales y sudor en la superficie de la piel. Esta primera capa es la base para el cuidado de la piel y debemos cuidarla debidamente.
Porque la mayoría de los jabones y limpiadores de piel que encontramos en el mercado tienden a ser alcalinos. Por ello contrarrestan y alimentan este manto ácido que protege la piel. Por esta razón es muy importante utilizar elementos de limpieza naturales.
Esta capa más externa de la piel llamada epidermis funciona como una barrera física de defensa para proteger la piel sobre todo de la pérdida de agua. De esta manera la epidermis no recibe un aporte de sangre de forma directa y depende de la difusión desde las capas inferiores.
La segunda capa es una cubierta de tejido blando denominada dermis. En ella están los capilares sanguíneos, nervios, folículos pilosos y glándula sebáceas. Una de sus funciones es proporcionar nutrientes a la epidermis.
La tercera y última capa se denomina capa subcutánea o hipodermis. Esta consiste en grasa bajo la dermis que proporciona nutrientes al resto de la piel. Así es capaz de amortiguar y aislar el cuerpo. Nuestra piel presenta gran variedad de variaciones y características y muchas más que las de cualquier otro animal mamífero.
Desde la piel más fina y delicada de los labios o párpados, hasta la más dura y resistente la planta de los pies, que normalmente es 100 veces más gruesa, nuestra piel exige muchos cuidados.
Las infecciones microbianas provocadas por bacterias, hongos, virus y otros patógenos han estado siempre presentes a lo largo de la historia de la humanidad.
En este escenario, ya se ha desarrollado desde hace unos cien años una gran variedad de medicamentos (como antibióticos u otros productos químicos). Pero todavía existen problemas importantes sin resolver que están amenazando a la salud humana. Por ejemplo, la resistencia a los medicamentos y nuevos patógenos emergentes.
La pandemia actual causada por el virus SARS-CoV-2 ha provocado un colapso de los sistemas de salud, impactos socioeconómicos sin precedentes y cambios significativos en todos los aspectos de la vida humana. Además, ha causado la muerte de casi seis millones de personas en todo el mundo.
Los aerosoles de SARS-CoV-2
Como otras enfermedades respiratorias, la principal fuente de infección por SARS-CoV-2 y sus variantes es la transmisión de microgotas. Estas se liberan cuando una persona infectada tose, estornuda, habla, canta o respira.
De esta manera, los virus pueden transmitirse de persona a persona a través de microgotas respiratorias dispersas en el aire (aerosol) o por vías de contacto directo e indirecto (fómites).
Los virus en estas gotículas pueden permanecer viables en el aire y en las superficies por períodos de tiempo prolongados. Pueden ir desde horas hasta días, dependiendo de la superficie del material donde se localicen.
Además, en función del tamaño de las gotas del aerosol procedente del aparato respiratorio, el rango de transporte puede ser más o menos amplio. Por ejemplo, las partículas más grandes (de más de 20 micras) tienen un alcance más corto (de menos de 1,5 metros). Esto sucede porque son demasiado pesadas para flotar en el aire y caen rápidamente sobre las superficies.
Sin embargo, cuando estas partículas son muy finas (menos de 10 micras), pueden transportarse a distancias mucho más lejanas (más de 1,5 metros e incluso más de seis metros) en forma de aerosol.
Principal vía de protección: las mascarillas
Durante la pandemia se han recomendado diferentes medidas para evitar contagios como el lavado de manos, el establecimiento de un distanciamiento social, los confinamientos, la cuarentena y las restricciones de viajes.
Pero hay otra medida que ha demostrado ser muy efectiva en la prevención y control de infecciones y que todavía sigue instaurada: el uso de la mascarilla facial protectora. Esta protege a los trabajadores de la salud y a las personas que pueden estar expuestos al virus.
En los países donde la mascarilla ha sido obligatoria desde el principio de la pandemia, como China, Singapur y Corea del Sur, la propagación de covid-19 ha sido controlada de manera más eficaz. Esto se ha demostrado con datos epidemiológicos.
Existe una gran diversidad de tipos de mascarillas. Encontramos higiénicas, quirúrgicas, FFP1, FFP2, KN95, N95, FFP3. Cada una tiene diferente porosidad, están fabricadas por diferentes métodos, tienen distintos materiales, distinto número de capas, etc.
Figura 1. Tipos de mascarillas, métodos de fabricación, mascarillas convencionales y mascarillas capaces de inactivar microorganismos. Creado con Biorender. / Ángel Serrano. Author provided
¿Qué limitaciones tienen las mascarillas actuales?
El mecanismo básico de una mascarilla convencional consiste en que las gotículas de aerosol que contienen virus se capturan en las estructuras porosas de la mascarilla. Estas actúan como barrera física y no permiten que se inhalen por el sistema respiratorio.
Sin embargo, presentan algunas limitaciones. Las mascarillas convencionales están fabricadas de materiales que no tienen capacidad antimicrobiana. Es decir, no son capaces de inactivar los microorganismos en cuanto estos entran en contacto con el tejido de la mascarilla.
Por lo tanto, el virus permanece activo en ellas (Figura 1) y la infección puede provocarse fácilmente si el usuario toca la mascarilla y luego un ojo o la boca, por ejemplo.
Además, el uso masivo de mascarillas está generando una fuente creciente de desechos que constituye uno de los nuevos problemas ambientales que afronta nuestra sociedad.
Una nueva generación de mascarillas más sostenibles
Tras la irrupción de la nueva variante ómicron se produjo un crecimiento exponencial de contagios. En este contexto, gobiernos de todo el mundo han hecho obligatorio el uso de mascarillas en lugares públicos. Todo ello, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En este escenario de uso generalizado de la mascarilla, investigadores de todo el mundo están trabajando para poder desarrollar nuevas mascarillas antimicrobianas. El objetivo es que sean autoesterilizables, reutilizables y capaces, además, de biodegradarse en un tiempo adecuado. Así proporcionarían una solución sostenible con el medio ambiente.
Los materiales o recubrimientos antimicrobianos funcionan como agentes biocidas que pueden eliminar e inhibir el crecimiento de microorganismos en las superficies. De esta manera, podrían prevenir la transmisión de patógenos.
Estos materiales y recubrimiento biocidas deben ser seguros y no producir efectos nocivos a los consumidores. Las tecnologías modernas, junto con los avances de la ciencia y la ingeniería de materiales, han conseguido aumentar la efectividad de los materiales biocidas.
En resumen, las mascarillas antimicrobianas de nueva generación serán herramientas importantes para prevenir infecciones virales y de otros microorganismos como las bacterias multirresistentes. Estas últimas, según la OMS, se estima que podrían producir mayor cantidad de fallecimientos que otras enfermedades como el cáncer en el año 2050 si no se toman medidas eficaces hasta entonces.
Estas mascarillas antimicrobianas proporcionan una protección superior al usuario y reducen la generación de residuos infecciosos. En el progreso hacia el desarrollo de estas mascarillas ha contribuido significativamente las nuevas tecnologías de materiales biocidas que se están implementando en una amplia gama de aplicaciones. Incluida la producción de otros equipamientos protectores como las pantallas faciales, gafas, guantes, ropa, etc.
Sin embargo, hay que reconocer que es necesario hacer un mayor esfuerzo para resolver los crecientes problemas ambientales producidos por la utilización masiva de mascarillas faciales no reutilizables.
Una alternativa cada vez con más adeptos. Las sopas sustitutivas de comidas ganan terreno a la hora de perder peso.
La primavera ha llegado. Aunque el tiempo todavía nos regale días lluviosos el verano se va acercando y su antesala, la primavera, ya está con nosotros. Con ella entraremos en la época más calurosa recuperando alguna de nuestras prendas favoritas de la temporada de verano. Pantalones cortos, camisetas de colores, y como no, los bañadores y las bermudas. Pero ¿estás preparado para lucir ese tipo de prendas?
Sopas sustitutivas de comida4
Sopas sustitutivas de comida. Una ayuda al alcance de todos
Una forma cada vez más aceptada de volver a nuestro peso ideal es echar mano de las sopas preparadas. Es el caso de Bodykey de Nutrilite que te ayuda con tus objetivos de peso mientras te garantiza que continúas llevando una dieta saludable.
Este tipo de sopas sustitutivas de la comida de Bodykey buscan ofrecer al consumidor distintas opciones y distintos sabores. Así, todas están preparadas siguiendo estrictas y minuciosas directrices para garantizar que cumplan los estándares exigidos por la marca Nutrilite.
Para una correcta elaboración se utilizan únicamente ingredientes naturales, por lo que no llevan ningún ingrediente químico y modificados genéticamente ni sustancias artificiales. Todas estas sopas que ofrece en su gama Nutrilite están enriquecidas con 13 vitaminas y 11 minerales. Gracias es una oración y a su aporte vitamínico son capaces de cubrir 1/3 de los requisitos diarios de nutrientes.
Con ello aseguras que tienes la dosis necesaria de energía de cara a esta nueva estación primaveral y al posterior verano.
Al mismo tiempo son una fuente de fibra y proteína. De tal forma que profesional defectuosa ciente que puede durarte varias horas. También estas sopas son aptas para todos los perfiles de las dietas Bodykey.
Así, en general ayuda a la todo tipo de personas a mantener el peso ideal al mismo tiempo que contribuyen y garantizan una nieta diversa y equilibrada.
Este tipo de sopa se prepara de forma rápida y fácil. En un paquete puedes encontrar dos bolsas y cada una de ellas contiene siete porciones. Al mismo tiempo se incluye una cuchara de medir para ayudarte a preparar tu comida de la forma perfecta. Esto significa que todos los días puede sustituir una o dos de tus comidas habituales por sopa nutritiva. Todo ello sin sentir hambre ya que con la relación necesaria de estas sopas quedarás totalmente satisfecho y sin hambre.
En el caso de que el objetivo sea perder peso Nutrilite recomienda sustituir dos comidas al día con una de las nuevas sopas sustitutivas. Pero si lo que quieres es mantener el peso y seguir un estilo de vida saludable una sopa por día es lo recomendado.
A la vez más gente lo hace pero deberíamos ser todos. Es fundamental tomarse en serio el agua que bebemos.
Una encuesta llevada cabo por el Consejo de hidratación natural en Reino Unido mostró claramente que el 65 % de la población adulta en el Reino Unido bebe menos cantidad diaria de agua de la recomendada, unos 2 l. Y esta proporción aumentaba considerablemente pasados los 55 años.
Tomarse en serio el agua que bebemos
Tomarse en serio el agua que bebemos. Algunas consecuencias
Está demostrado que el agua ayuda a mantener el tono muscular dando a los diferentes músculos del cuerpo una gran capacidad de contraerse y de prevenir la deshidratación de los mismos. También es fundamental para prevenir la piel que se descuelga y queda flácida después de una dieta de adelgazamiento. En este caso las células contraídas de la piel se rellenan con agua, con lo que has que den firmeza también el agua las deja limpia, saludable y firme.
Tomarse en serio el agua que bebemos. Cinco basos al día
Se ha repetido en millones de ocasiones: beber 2 l de agua al día. La cantidad puede ser discutible pero el hecho de beber bastante agua de forma regular es esencial para tener una buena salud. Así, beber cinco vasos de agua al día disminuye en un 45 % el riesgo de cáncer de colon. También en un 79 % el de pecho. Y un 50 % las probabilidades de desarrollar un cáncer en la vejiga.
Por otro lado los riñones necesitan el agua para funcionar adecuadamente. Pero insistimos en que no solamente se trata de el agua sino hacerlo con agua de buena calidad.
El agua también ayuda para el alivio del estreñimiento. Así cuando el cuerpo no tiene la suficiente agua recurre a fuentes internas para paliar su escasez. El colón es una de las principales fuentes.
Por último la falta de agua o la mala hidratación suele ser el desencadenante principal de la fatiga diaria y el cansancio. También puede generar muchos problemas a la hora de dormir y de tener una buena concentración.
La necesidad de dirigirnos hacia unas dietas y sistemas alimentarios más sostenibles es indiscutible. No obstante, no es una tarea fácil. Hace falta una visión holística para considerar todos los factores implicados.
¿Por qué seguimos sin tener claro qué es una dieta sostenible?
Definir qué es una dieta sostenible
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la sostenibilidad de las dietas va más allá del medio ambiente e incluye dimensiones socioeconómicas. Esto añade complejidad a la ecuación.
En 2019, la FAO y la OMS acuñaron el concepto de “dieta saludable sostenible”, que se define como “patrones alimentarios que promueven todas las dimensiones de la salud y el bienestar de las personas; tienen una baja presión e impacto ambiental; son accesibles, asequibles, seguras y equitativas; y son culturalmente aceptables”.
No obstante, los patrones de consumo actuales están lejos de ser sostenibles, medioambientalmente hablando. Actualmente, sólo algunas directrices dietéticas tienen en cuenta la sostenibilidad medioambiental, como las de los Países Bajos, los países nórdicos, Alemania, Brasil, Suecia, Qatar y Francia.
Enfoques holísticos
Además, en muchos casos, los análisis publicados no son completos y por tanto las soluciones y conclusiones que ofrecen pueden ser engañosas. Los artículos recogidos en la literatura académica generalmente se centran en unos pocos indicadores dentro de la sostenibilidad, omitiendo uno o varios de estos componentes. Cada estudio establece sus propios criterios para definir una dieta sostenible.
En la práctica, la mayoría de los trabajos se enfocan en uno o pocos aspectos ambientales, como las emisiones de gases de efecto invernadero (huella de carbono) o el uso del agua (huella hídrica), y pasan por alto los posibles desplazamientos de impactos a otros sectores o recursos.
Por ejemplo, si solo se considera el indicador de huella hídrica a la hora de evaluar la sostenibilidad de los tomates consumidos en España, quizás, desde el punto de vista del agua sea más sostenible consumir tomates producidos en invernaderos calefactados holandeses. No obstante, si se analiza en conjunto con la huella de carbono, desde el punto de vista de las emisiones de gases de efecto invernadero, quizás sea más sostenible consumir tomates de España.
Origen y estacionalidad de los alimentos
En segundo lugar, los estudios centrados en dietas sostenibles generalmente no consideran aspectos como el origen y la estacionalidad de los alimentos. Está demostrado que las frutas y verduras transportadas por aire e importadas de otros países tienen huellas de carbono superiores a las producidas y consumidas localmente.
En cuanto a la estacionalidad, por ejemplo, según la base de datos de la Agencia Francesa de Gestión del Medio Ambiente y la Energía, 1 kg de lechuga producida en un invernadero francés con calefacción emite 11 kg de CO₂eq, mientras que 1 kg de la lechuga producida en temporada genera casi 34 veces menos emisiones (0,3 kg de CO₂eq).
Agrobiodiversidad y alimentación ecológica
Otro de los puntos débiles es que normalmente los estudios sobre dietas sostenibles tampoco incluyen indicadores de agrobiodiversidad y alimentación ecológica. La adopción de enfoques de este tipo son la base para un medio ambiente saludable.
Diferentes sistemas de producción ganadera
Otra de las carencias es que los estudios centrados en dietas sostenibles generalmente no consideran los diferentes tipos de sistemas de producción ganadera. Los datos actuales muestran una contribución sustancial del sector ganadero al uso de recursos ambientales y la contaminación. Y sin embargo, los impactos ambientales de los distintos tipos de sistemas de producción ganadera varían considerablemente.
Sin embargo, los distintos sistemas de producción ganadera, incluyendo los sistemas extensivos basados en pastizales, los sistemas intensivos y los sistemas agrícolas mixtos, varían considerablemente en términos de presión ambiental.
Otra de las carencias de este tipo de estudios es que los métodos de conservación de los alimentos generalmente no se tienen en cuenta. El procesado y envasado de alimentos puede causar la contaminación del aire, el uso de recursos hídricos y podría ser una fuente de desechos. Por ejemplo, el impacto ambiental de los envases de un solo uso, ya sean de plástico o papel, es generalmente mayor que el de los reutilizables.
Aspectos socioeconómicos
Otro de los puntos débiles es que la mayoría de los estudios sobre dietas sostenibles se enfocan en países desarrollados. Hay pocas publicaciones enfocadas en los países económicamente pobres. Es un tema a analizar, ya que las circunstancias son diferentes en los países desarrollados y en desarrollo.
Todos estos aspectos no considerados en los estudios podrían ser importantes para evitar consecuencias ambientales de un cambio dietético hacia una alimentación “sostenible”. Se necesita un enfoque de sistemas que integre los diferentes dominios para construir sistemas alimentarios resilientes. Es necesario un mayor desarrollo de indicadores y datos sobre todas las dimensiones de la sostenibilidad para que este concepto sea completo, útil y eficaz.
Alimentar al mundo de manera sostenible implicará dos líneas de trabajo:
Primero, para definir dietas sostenibles es importante utilizar un conjunto uniforme de parámetros armonizados que integren adecuadamente los aspectos económicos, sociales y ambientales. Esto evitaría que los impactos se transfieran a otros sectores o recursos.
En segundo lugar, lograr dietas sostenibles implica considerar enfoques culturalmente sensibles y específicos al contexto utilizando diferentes prácticas y sistemas de producción.