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Vigilar el estrés, tan de moda en estos tiempos que corren

Vigilar el estrés, tan de moda en estos tiempos que corren

Sin duda está desgraciadamente, demasiado de moda en estos tiempos en que vivimos. Vigilar el estrés es más importante de lo que crees

Muchos de cine en el estrés como una respuesta que tenemos todos los seres vivos ante un peligro que puede puede ser o inminente, o a largo plazo. En realidad, es una forma de prepararnos ante algo desconocido que nos puede suceder. Por lo menos eso es lo que corre por nuestra mente.

Vigilar el estrés en la sociedad urbanita del siglo XXI

En realidad es una de las preocupaciones de los organismos de la salud en nuestro tiempo. La sociedad industrializada en la que vivimos nos ha traído un exceso de trabajo y diferentes problemas sociales, familiares y económicos.

Y estas nuevas preocupaciones, inexistente hace apenas unas décadas, son una de las principales causas del desarrollo del estrés y de los estragos que causa en las personas en la sociedad.

Antiguamente el estrés era un término que no existía. Puesto que el contacto con la naturaleza Y una vida sin tantos estímulos externos facilitaba la tranquilidad. Es cierto, que en ocasiones de peligro, una alarma nos avisada de tomar medidas y estar atentos. Sencillamente nos decía que cuando hay una situación de riesgo el cuerpo se prepara de forma natural para dar una respuesta.

Vigilar el estrés, tan de moda en estos tiempos que corren
Vigilar el estrés, tan de moda en estos tiempos que corren

Muchos confunden esta actitud de defensa natural con el estrés. Pero la calidad no tiene nada que ver con lo que queremos decir cuándo hablamos de estrés en nuestros días. En este caso es una reacción natural de defensa que puede durar un tiempo determinado, generalmente corto. El estrés que vivimos sumergidos en esta sociedad se ha establecido con lo mal crónico, y en muchos casos, puede llegar a durar toda la vida

Y seguramente, además del problema de la velocidad y el ritmo de vida que llevamos, el problema en este es en nuestros días es que nos hemos acostumbrado a vivir con él y lo aceptamos con una forma de vivir natural. Y evidentemente no es así.

SPEB

 

 

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Fíjate en los árboles para saber si tu ciudad está contaminada

Fíjate en los árboles para saber si tu ciudad está contaminada

Es sencillo y al alcance de todos. Fíjate en los árboles para saber si tu ciudad está contaminada

¿Está contaminada su ciudad? Pregúntele a los árboles

 

Si vive en una zona urbana o próxima a la ciudad, puede que esté bajo los efectos de la contaminación urbana y que no sea consciente de ello.

En las áreas urbanas, las actividades industriales y, sobre todo, el transporte emiten a la atmósfera partículas que, entre otros contaminantes, incluyen metales pesados. Alguno de ellos neurotóxicos, como el cadmio, el mercurio o el plomo.

Estas partículas minúsculas (también conocidas como PM₂.₅) pueden inhalarse con relativa facilidad, ingresando así los metales en el torrente sanguíneo. Existe relación entre la contaminación urbana y algunas enfermedades, principalmente pulmonares y cardiacas. La mala calidad del aire representa un gran riesgo ambiental para la salud: está relacionada con 1 de cada 9 muertes a nivel global.

La importancia de la (bio)monitorización

Debido a su impacto en la salud humana, es de gran importancia desarrollar protocolos de monitoreo rápidos y económicos que permitan detectar la presencia y concentración de los diversos contaminantes atmosféricos en áreas urbanas.

Actualmente, la monitorización de la calidad del aire se lleva a cabo, principalmente, por la información que brindan las estaciones de monitoreo. Sin embargo, el alto coste de dichas infraestructuras condiciona su distribución en las ciudades.

En este contexto, es necesario promover el uso de nuevas herramientas para monitorizar metales pesados y otros contaminantes. Entre ellas destaca el uso de plantas, un método conocido como biomonitorización.

Biomonitorizar la contaminación con árboles

El arbolado está ampliamente distribuido a lo largo de calles y parques de las ciudades. Además, sus hojas actúan como “trampas” perfectas para que se depositen las partículas y los metales suspendidos en el aire.

Dado su potencial, hicimos un estudio en distintas poblaciones del País Vasco muestreando hojas de un árbol muy común en cualquier ciudad: el tilo.

Nuestros resultados revelaron que la densidad de tráfico era un factor estrechamente relacionado con la presencia de hierro, aluminio, zinc, titanio, cromo, plomo, vanadio y cadmio en las partículas del aire urbano.

Además, analizando las hojas de los árboles situados en diferentes puntos de las ciudades, fuimos capaces de caracterizar la huella química derivada del impacto de las posibles fuentes de emisión de contaminantes (tráfico, actividad industrial etc.).

Covid-19: un giro inesperado

Estudios recientes llevados a cabo en 66 regiones de España, Francia e Italia y 3 000 localidades de Estados Unidos muestran una correlación entre la exposición de contaminantes ambientales (PM₂.₅ y NO₂) y la tasa de mortalidad de la covid-19.

Teniendo en cuenta las implicaciones derivadas de las diferentes restricciones en la movilidad acaecidas como consecuencia de la pandemia, estos trabajos constatan que es un escenario clave para determinar el impacto del tráfico de las ciudades sobre la calidad del aire.

Por ejemplo, varias investigaciones en diversas ciudades han demostrado una mejora general de la calidad del aire debida a los distintos confinamientos. Sin embargo, pocos han analizado su efecto sobre los metales pesados.

Cambios en la movilidad en España durante el confinamiento.
Our World in Data

Aprovechando la oportunidad

El confinamiento y la consiguiente disminución del tráfico urbano nos proporcionaron la oportunidad de estudiar de forma real y directa la contribución del tráfico a la contaminación atmosférica en la ciudad. Para ello, analizamos la deposición de contaminantes en las hojas de tilo durante el periodo de confinamiento y la progresiva reanudación del tráfico (de abril a octubre de 2020) en Pamplona y San Sebastián.

Observamos que la restricción del tráfico rodado fue el principal responsable del descenso en los contenidos de aluminio, cobre, hierro, manganeso, titanio y zinc, mejorando notablemente la calidad del aire. Comparando estos resultados con años previos y rastreando la composición de algunos elementos de los vehículos pudimos identificar distintos patrones.

Por ejemplo, la alta correlación entre zinc, hierro y cobre durante el año previo al confinamiento (pero no durante el mismo) nos permitió identificar su origen: el desgaste de frenos y neumáticos. De la misma forma, la menor resuspensión del polvo provocada por un menor tráfico se tradujo en un menor contenido de aluminio, hierro, titanio, manganeso y calcio en las hojas.

De manera resumida, el citado estudio ofrece evidencias directas que indican que la reducción del tráfico urbano contribuye sustancialmente a la reducción de la concentración de contaminantes (óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono y metales pesados) en el aire de las ciudades.

Esta información puede ser usada por las distintas administraciones y la comunidad científica para implementar medidas encaminadas a reducir la contaminación urbana y mejorar así la calidad del aire y la salud pública.

Ciencia ciudadana

Durante las últimas décadas, la ciencia ciudadana ha fortalecido la colaboración entre la sociedad y la comunidad científica. Se consigue así aumentar la cultura científica y el conocimiento y sensibilización sobre problemas que nos son cercanos, como la contaminación urbana.

Esto podría promover un cambio en la actitud y comportamiento individual y colectivo para potenciar la movilidad sostenible, reducir el tráfico en las ciudades y consecuentemente la contaminación del aire que lleva aparejada.

En este sentido, la organización de talleres de ciencia ciudadana podría ser una herramienta clave en la concienciación de la sociedad sobre las implicaciones que tiene el uso del transporte privado sobre la calidad del aire que respiramos en las ciudades.The Conversation

David Soba Hidalgo, Investigador Postdoctoral. Agricultura Sostenible y Biomonitorización, Instituto de Agrobiotecnología (IdAB – CSIC – Gobierno de Navarra); Angie Lorena Gamez Guzman, Investigador en Biotecnología , Universidad Pública de Navarra; Iker Aranjuelo Michelena, Científico titular. Área de especialización: Caracterización multidisciplinar encaminada al estudio de modelos agrícolas sostenibles, Instituto de Agrobiotecnología (IdAB – CSIC – Gobierno de Navarra); José María Becerril Soto, Catedrático de Fisiología Vegetal, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea y Raquel Esteban, Profesora de Fisiología Vegetal, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea

lucasinacio.com / Shutterstock

David Soba Hidalgo, Instituto de Agrobiotecnología (IdAB – CSIC – Gobierno de Navarra); Angie Lorena Gamez Guzman, Universidad Pública de Navarra; Iker Aranjuelo Michelena, Instituto de Agrobiotecnología (IdAB – CSIC – Gobierno de Navarra); José María Becerril Soto, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea y Raquel Esteban, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea11

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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Piensa bien en lo que comes y como lo haces

Alimentación consciente: por qué es importante concentrarnos en lo que comemos y cómo lo comemos

Shutterstock / Asier Romero

Andrea Arroyo Fernández, UOC – Universitat Oberta de Catalunya

En la era de la inmediatez y rodeados de una sociedad con un ritmo frenético y acelerado, surge la necesidad de poner sordina al acto de comer bajo el anglicismo mindful eating. Se trata de una práctica antigua que, aplicada a la alimentación, nos va a permitir que esta sea más placentera y saludable.

La alimentación consciente, que así puede traducirse, consiste en dedicar atención plena a la hora de alimentarnos. Porque si comemos de forma consciente, vamos a ser capaces de escuchar nuestras sensaciones, tanto físicas (el hambre, la saciedad y las señales de satisfacción) como mentales. En este caso, significa tomarnos el tiempo necesario, lo que implica también observar nuestros pensamientos y nuestras emociones.

El hecho de adoptar un estado de la mente dirigido al momento presente, con aceptación y sin juzgar la experiencia cuando nos alimentamos, nos va a proporcionar una nueva forma de relacionarnos con la comida. Así la disfrutaremos desde una perspectiva más libre, consciente y sensata.

¿En qué consiste la alimentación consciente?

Suele ser frecuente que el acto de comer esté rodeado de factores distractores, como la exposición continuada a dispositivos digitales o la falta de tiempo y atención. Esto propicia la desconexión de nuestro cuerpo y de las sensaciones corporales y físicas, lo que puede conllevar un comportamiento alimentario más automático y alejado de practicar la atención plena en este contexto.

¿Y cómo lo logramos? Según la guía para la alimentación consciente, publicada este año, el mindful eating implica:

  • Sentir y percibir los olores, sabores y texturas de la comida que ingerimos y, de esta forma, involucrar a los cinco sentidos en todo su esplendor.
  • Disminuir la velocidad mientras comemos para lograr una mayor concentración, atención y conexión con nuestro cuerpo.
  • Tomar conciencia del hambre física, la saciedad y las señales de satisfacción para decidir qué, cuándo y cuánto comer. Así reduciremos los momentos en los que comemos por otros motivos que no sean hambre física.

Aunque cualquier persona puede empezar a entrenar este tipo de práctica y sacar partido de ella, la ciencia se ha centrado en los últimos años en averiguar de qué forma nos puede ayudar para hacer frente a determinadas enfermedades.

Una mujer levanta una manzana con una mano y baja un plato con tarta en la otra mano..
Shutterstock / Pormezz

Útil para combatir trastornos alimentarios y perder peso

En primer lugar, los beneficios de la alimentación consciente se han aplicado exitosamente a contextos clínicos de conductas alimentarias poco saludables o alteradas. Por ejemplo, la aplicación de ciertos programas de alimentación consciente ha cosechado resultados positivos en casos de personas afectadas por episodios del llamado hambre emocional o comer emocional (cuando se ingieren alimentos para satisfacer necesidades emocionales) y trastorno por atracones.

Otro campo clínico que ha apostado por la alimentación consciente es el de las patologías cardiovasculares. Aunque hay trabajos en marcha con líneas de investigación para desarrollar en mayor profundidad, los datos apuntan a atribuir a la alimentación consciente una mejora de ciertos factores de riesgo en este tipo de trastornos.

Concretamente, numerosos estudios abogan por el uso de la alimentación consciente como estrategia para combatir el sobrepeso y la obesidad. En 2019, la revista Obesity Reviews publicó un metaanálisis de ensayos con resultados abrumadoramente positivos, aunque es necesario investigar más acerca de los efectos a largo plazo.

En este sentido, la obesidad es posiblemente uno de los ámbitos más interesantes en el uso de la alimentación consciente para reconducir una conducta alimentaria alterada hacia un comportamiento más sano respecto a la comida.

Por tanto, no cabe duda de que tanto en individuos sanos como en personas con problemas, la alimentación consciente es una oportunidad que no podemos despreciar. Conviene intentar al menos ciertos entrenamientos basados en esta práctica ancestral enfocada al acto de comer.The Conversation

Andrea Arroyo Fernández, Profesora colaboradora de los estudios de Ciencias de la Salud de la UOC (Máster en Nutrición y Salud) , UOC – Universitat Oberta de Catalunya

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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Reducir el consumo de papel

Reducir el consumo de papel

La tecnología nos ha traído cosas negativas. Pero también positivas como el poder reducir el consumo de papel.

Según distintas informaciones los estadounidenses desecharon más de 67 millones de toneladas de productos de papel a lo largo del 2018. Esta astronómica cantidad llegó a suponer más de un 23 % de los residuos sólidos que se produjeron en las ciudades.

Reducir el consumo de papel
Reducir el consumo de papel

Así, distintos estudios en los que se basan algunos investigadores, calculan que un trabajador americano en una oficina puede llegar a generar casi un kilo de residuos de papel a lo largo de la semana.

La buena noticia es que la utilización de recursos digitales, tanto en oficinas como en cualquier tipo de trabajos, es una manera extraordinaria de reducir el consumo de papel.

Reducir el consumo de papel. Una nueva organización

Mucho algunas acciones como ordenar o archivar en carpetas documentos importantes ya han pasado de historia. Según parece ya resulta extraño archivar cientos de documentos de todo tipo, como los documentos financieros o documentos relativos a la salud.

Implantación del mundo digital ha traído consigo, ya desde hace años, poder archivar y guardar los documentos de forma digital, tanto en ordenadores y otros dispositivos, como en contenedores en la nube.

Esta implantación del mundo digital a la hora de archivar documentos a su puesto de enorme cambio no solo un avance medioambiental. También a nivel social ya no hace falta realizar muchos desplazamientos o acudir a distintos lugares para solicitar documentación o entregar documentos.

Esta revolución a la hora de evitar el consumo de papel, que al final acabará en la basura, supone un avance sin precedentes a la hora de evitar la desforestación de muchas zonas del planeta. Son pequeños actos para solucionar un problema que durante décadas ha estado presente. Reducir el impacto medioambiental que supone la utilización del papel.

SPEB

 

 

 

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Motivos para levantarse agarrotado

Motivos para levantarse agarrotado

Hay varios motivos para levantarse agarrotado. Es una situación muy habitual sobre todo a determinada edad.

Cada vez son más habituales los problemas musculares y de huesos. De hecho las consultas de traumatología son de las más solicitadas. Pero hay una situación muy común y muchísimas personas y demasiado habitual en las de avanzada edad. Se trata de levantarse con el cuerpo agarrotado. Realidad sales de la cama como si fueses un robot y es complicado dar los primeros pasos.

Motivos para levantarse agarrotado. Tiene fácil solución

La buena noticia es que es relativamente sencillo dar una solución a este problema tan habitual. También te puedes alegrar sabiendo que su remedio no te va a costar dinero y lo puede hacer cualquier persona. Simplemente lo que debes hacer es llevar una vida más activa.

Motivos para levantarse agarrotado
Motivos para levantarse agarrotado

El agarrotamiento del cuerpo es una situación bastante habitual y básicamente, según los especialistas, se produce por estar demasiado tiempo sin realizar movimiento alguno. Lógicamente la noche y el sueño es uno de los momentos donde más tiempo estamos estáticos. Por esa razón es más habitual tener estos agarrotamientos a la hora de levantarnos.

La explicación que más nos ha convencido es la que culpa a la lubricación de nuestras articulaciones. Así, entre ellas existe un conjunto complejo de tejidos que conectan, envuelven y sostienen los músculos y los tejidos con los órganos y con los huesos. De tal manera el movimiento que está quizá el cuerpo estimula a los diferentes tejidos para que se agreguen este líquido lubricante. Así se consigue que los hueso se muevan entre sí con facilidad y sin ningún tipo de problema y fricción.

De tal manera que esta ausencia de movilidad y de actividad tiene como consecuencia la rigidez de nuestros músculos. Así cuando te despiertas y empiezas a moverte con ciertas dificultades, rápidamente empieza desaparecer la frigidez y vuelves a tu estado normal de movilidad, que se mantiene durante todo el día.

SPEB