En España, al igual que en la mayoría de los países occidentales e industrializados las enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación y las dietas modernas son la causa principal de mortalidad. Aunque es un dato que muchos conocen, pocos sacan conclusiones claras y ponen en práctica medidas para evitarlo.
Para el profesor Loren Cordain, científico estadounidense especializado en el campo de la nutrición y la fisiología del ejercicio, las enfermedades relacionadas con las dietas modernas y con todas las tipologías de alimentación deben ser consideradas epidémicas y afectan a un altísimo porcentaje de la población, entre el 50 y el 75% de la población adulta. Sin embargo, en el lado opuesto, son mucho menos comunes, o apenas existen, en poblaciones y personas que se alimentan de la caza o de sus propias cosechas, o incluso en personas de zonas industrializadas pero con costumbres alimentarias más cercanas a lo natural.
La mayoría de los científicos, e incluso personas normales, identifican frecuentemente un único elemento de las dietas modernas como cómo causa de determinadas enfermedades crónicas. Ejemplos como que las grasas saturadas provocan enfermedades coronarias o la sal provoca una tensión alta encierran muchos otros elementos que hasta ahora apenas se han tenido en cuenta. Es decir, la relación directa causa única efecto no es valida en la mayoría de los casos.
Las evidencias recogidas en las últimas tres décadas indican que prácticamente todas las enfermedades de nuestro tiempo, o de la civilización, dependen en gran medida de elementos nutricionales que subyacen en su etiología, junto con otros agentes medioambientales y un gran componente genético.
Las enfermedades del corazón, por ejemplo, no solo pueden ser explicadas por un exceso de grasas saturadas en la alimentación, sino que se vienen produciendo por una conjunción compleja de múltiples factores directamente relacionados con un consumo excesivo de alimentos de las dietas modernas, alimentos nuevos de la llamada era industrial. Como ejemplo, los productos lácteos, cereales refinados, carnes grasas, sal, etc.
A la vez estos alimentos influyen negativamente de forma decisiva en distintos factores nutricionales inmediatos, que a nivel global subyacen en todas las enfermedades crónicas de nuestra civilización que se pueden achacar a la dieta moderna.
Para Secretos para el bienestar el cuidado de la alimentación es una de las principales prioridades de cualquier persona. Asegurarse de consumir productos lo más naturales y ecológicos posibles y complementar cualquier dieta con aportes y complementos nutricionales de la máxima calidad.
