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Dar importancia a las cosas importantes

Dar importancia a las cosas importantes

Qué planteamiento más sencillo. Dar importancia a las cosas importantes. Está simple frase pasa a ahora a ser una de las mejores moralejas que podemos sacar de esta situación de crisis.

Parece un pensamiento de lo más elemental para conseguir ser feliz, dar importancia a las cosas importantes y dejar de lado las secundarias. Seguramente haya sido una de las intenciones que nunca han faltado en los malos momentos de nuestra vida. Sin duda, todos lo hemos pensado en esos momentos en los que nos proponemos dar un giro a nuestra vida.

Dar importancia a las cosas importantes
Dar importancia a las cosas importantes

Pero que cada uno se haga su propia pregunta ¿He priorizado en mis vida de los últimos años las cosas que de verdad importan? No se ruborice si respuesta es negativa. Por desgracia es lo que le ha pasado a la mayoría de las personas de nuestro entorno en una sociedad como la nuestra.

Al final todo se reduce una dura realidad. No vivimos nuestras propias vidas. Vivimos una existencia que no nos pertenece. Que nos han inculcado y cada cual sobrelleva como puede.

Dar importancia a las cosas importantes. Es un momento para hacer un cambio de verdad. Si no lo haces, la situación y en entorno lo acabarán haciendo por tí.

Al final el coronavirus, una fuente de profunda desgracia para muchos, pude resultar un descubrimiento siniestro para otros. Ya lo dicen muchos teóricos: los momentos malos son los buenos para hacer cosas.

Cuando hemos visto tan de cerca lo fácil que es perder la libertad física que nunca hubiéramos pensado nos impondrían. También cuando hemos visto como podemos perder un trabajo que, durante años, hemos considerado intocable. Cuando hemos perdido incluso a personas queridas que este virus se ha cobrado incluso sus vidas. En en ese momento cuando solo nos queda recapacitar y pensar en lo más profundo de nuestro espíritu.

Dar importancia a las cosas importantes. Qué fácil ha resultado quitarnos de un plumazo la poca libertad que nos quedaba

Hemos pedido durante casi tres meses la libertad de movimiento. Y la de salir de casa, de ir al trabajo o al cole e incluso de ir a comprar. Pero la libertad ya la habíamos perdido hace mucho tiempo. Y precisamente ahora es un buen momento para recapacitar y ahondar en nuestro interior. Estoy viviendo la vida que de verdad quiero vivir.

Pero todo esto, parece que pasara, aunque muchos ya vaticinan que no será lo mismo. Posiblemente este confinamiento sea un buen momento para alejarse del televisor -noticias y series- y dedicar un poco de nuestro tiempo a plantearnos la posibilidad de como vamos a recuperar nuestra liberta perdida. Pero no la falta de movilidad sino la libertad personal. Encontrar el valor a lo que verdaderamente lo tiene. Ser nosotros mismos y ver a los que nos rodean como ellos mismos. Mirar con el corazón y no con el egoísmo.

SPEB

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