Los hábitos de postura actuales destacan la importancia de la postura en el sueño como forma de contrarrestar los efectos negativos.
Si le preguntamos a alguien nacido antes de 1950 por los cambios que se han producido a lo largo de sus 70 años posiblemente responderá que muchos. Pero si continuamos indagando en qué momento de su vida se han producido la respuesta, sin duda, será en los últimos 15 o 20 años. Es más, incluso en la última década. Y es que como sociedad seríamos irreconocibles para nuestros abuelos o bisabuelos.
Como personas que vivimos en sociedades industriales avanzadas pasamos cada vez más tiempo frente a los móviles, los ordenadores, conduciendo o enviando mensajes en nuestro teléfono. Pero todas estas acciones tienen sus consecuencias.
Todas ellas se realizan con una postura inadecuada. Así hemos tendido a echar la cabeza hacia delante y mantenerla así durante minutos. El tiempo estimado que una persona puede pasar en esta postura puede llegar a las ocho horas al día. Una barbaridad.
La importancia de la postura en el sueño. La única forma de contrarrestar los desperfectos
Solamente hay una acción en las que pasemos las mismas ocho horas que pasamos mirando una pantalla a lo largo del día. Y es el dormir. A lo largo de la noche y se duerme con una rutina adecuada y correcta, podrá contrarrestar todas esas horas que su cuello ha estado forzado.
Al dormir, siempre con sueño de calidad, tenemos una gran oportunidad para que el cuerpo compense la postura de la cabeza hacia delante que ha estado adaptando a lo largo del día. En realidad si lo piensas, es la única forma de hacerlo, ya que no hay otra acción en la que no hacemos tantas horas de una forma relajada. Pero hay algunas condiciones.
Deberá dormir boca arriba y con una almohada que le abarque la zona interior del cuello. Pero cuidado debe ser a la zona baja del cuello no una almohada donde apoyar solamente la cabeza. Ya que el uso de una almohada inadecuada agravará todavía más el problema.