La generalización en el consumo de bebidas gaseosas es, según diferentes estudios, la fuente más grande de calorías para la población de los países desarrollados. Beber agua pura y de calidad, gracias a los filtros de agua, es el mejor consejo para evitar los problemas asociados a estas bebidas.
La proliferación en el consumo de todo tipo de refrescos, colas y bebidas gaseosas, comienza ser un problema importante para las autoridades sanitarias de diferentes países desarrollados. Muchas fuentes señalan la estrecha relación entre su consumo y el aumento de peso.
Para la doctora Nelly Brownell de la Universidad de Yale, el consumo de bebidas carbonatadas o gaseosas, se encuentra en la lista de los elementos que más están contribuyendo a serio problema de obesidad por el que atraviesan muchos países, en donde su la tasa de crecimiento del sobrepeso no para de aumentar.
También se pone de manifiesto la estrecha relación entre las bebidas gaseosas y su incidencia en la diabetes tipo II. En este sentido se ha puesto de manifiesto que personas que bebieron durante años una o dos bebidas de este tipo al día, aumentaron el doble su predisposición a padecer diabetes.
La composición de las bebidas gaseosas varia poco de unas marcas a otras. Generalizando su contenido se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que la mayoría tienen la siguiente composición: casi el 90% de agua carbonada; un 10% de azúcar; un 0,5 de aromas naturales; u 0,05 de ácido fosfórico; un 0,01 de cafeína y otros elementos para aportar sabor.
En su contenido el azúcar llega a suponer alrededor de un 10% en cada botella, siendo el azúcar uno de los elementos que general mayor adicción. Un refresco normal de los que encontramos en todas las casas contiene aproximadamente el equivalente a nueve, repito nueve, cucharadas de azúcar. Su consumo puede llegar a generar serios problemas en la secreción de insulina lo que puede llevar de forma fulminante a un aumento inmediato de peso.
