Cada día hay menos dudas sobre la importancia de una alimentación sana y saludable. Somos lo que comemos. Una buena dieta es esencial para incrementar la calidad de vida y la salud.
La máxima de somos lo que comemos no parece tener mucha importancia en nuestros días para muchas personas. Así, con el paso del tiempo se alejan de una dieta sana y equilibrada. También la cultura de la comida basura y preparada es la causa de no pocos males. También de muchas enfermedades.
Somos lo que comemos. Una buena dieta es esencial
Hemos recopilado una serie de razones por las que el cuidado de la dieta debería ser una prioridad en todas las personas.
Mantener el peso ideal
La moda por la estética ha llegado a limites desproporcionados. Aunque el peso no debería ser la razón primera, para la mayoría de la gente lo es. Una forma de comer sana y equilibrada es la mejor forma de mantener una linea estilizada.
Cuidar la salud
Enfermedades de corazón, diabetes o cáncer son algunas de las enfermedades asociadas a una mala dieta. Y es que la ausencia de proteínas y vitaminas, unida al exceso de grasa aumenta de forma significativa el riesgo de enfermedades. También algunos estudios ponen de manifiesto que al menos un 30% de los casos de cáncer están relacionados con una mala alimentación.
Aquí es donde cobra su importancia el uso regular de nutricionales. Nos ayudan a evitar las carencias que muchos alimentos tienen hoy en día.
Aumentar el bienestar
La forma en que comemos tiene una incidencia directa en el cerebro. Así, un plátano y una simple onza de chocolate negro contiene elementos que refuerzan de forma natural el estado de ánimo.
También diferentes estudios avalan la relación entre una alimentación sana y equilibrada con un aumento de vitalidad, de energía, de productividad y de optimismo. Somos lo que comemos
Garantizar el envejecimiento natural
Nunca como hoy ha existido tanta preocupación por el envejecimiento. Para muchos es casi su principal quebradero de cabeza y un foco constante de depresiones y sentimientos negativos. Y es que las frutas y verduras, ricas en antioxidantes, ayudan a proteger la piel contra el envejecimiento y otras enfermedades.
Atención a los ácidos grasos de omega 3 del salmón, por ejemplo, ayudan a mejorar la salud de las células de la piel y frenan, de forma considerable el envejecimiento prematuro.