Los beneficios de la luz natural son indiscutibles. Para muchos es uno de los factores más elementales del bienestar y de una vida saludable.
Para Secretos para el bienestar considerando la relación con el entorno es frecuente pasar por alto la importancia de la luz en nuestras vidas. Sin embargo, de los cinco sentidos -tacto, gusto, olfato, oído y vista- con diferencia la mayor cantidad de información que recibe el cerebro, con diferencia, pasa a través de los ojos y la luz es el medio de trasporte de todas esa información.
Normalmente no se considera la iluminación como parte de nuestra salud, pero es un elemento fundamental de nuestro entorno, tanto como el aire y el agua. Los cuerpo reaccionan a las diferentes características de la luz y los ritmos internos también son coordinados en parte por la luz. La luz de la mañana ayuda a despertar, mientras que la de la tarde es un aviso de que debemos descansar.
Una investigación del John Ott ha destacado el papel que la luz puede desempeñar en todos los aspectos de la salud. Ott incluso acuñó el término “mala iluminación” como un concepto paralelo al de malnutrición. Según sus teorías la luz es un componente nutricional esencial en la salud, equiparable a la comida. De la misma manera que ciertas comidas son beneficiosas para nosotros, también ciertas luces también pueden ser mejor.
La vida actual implica pasar mucho más tiempo en lugares cerrados que antaño, iluminados únicamente con luz artificial. Pero muchas personas son muy sensibles a la luz artificial y sufren distintos trastornos: dolores de cabeza, perdida de concentración y otro tipo de problemas.
Sin embargo deberíamos considerar que la escasez de luz natural no es un fenómenos recomendable y sobrepasar ciertos límites es un factor añadido de acumulación de estrés.