Las mujeres que son dueñas de un perro caminan con mayor regularidad y son más activas. Por el contrario, aquellas que no tienen la compañía de su mascota canina, tienden a tener un estilo de vida más sedentario.
Los perros también son el mejor amigo de la mujer. Investigaciones realizadas por la Universidad de Liverpool y de otras instituciones en el Reino Unido y EEUU a más de 11.000 embarazadas, con el fin de medir la actividad física en este estado, demostraron que las mujeres embarazadas con un perro son más activas físicamente que las que no tienen uno.
Este estudio contó con más de 11.000 mujeres embarazadas en 1991 y 1992. Se les pregunto sobre sus niveles de actividad física y si tenían mascotas. Las que tenían perro andaban más rápido y más a menudo.
Para el Instituto Nacional de Salud y la Excelencia Clínica (NICE) comenzar o continuar un ejercicio durante el embarazo no es perjudicial, pero aconseja evitar los potencialmente peligrosos como deportes de contacto, paseos a caballo y la gimnasia.
Las mujeres gestantes fueron interrogadas a cerca de las actividades físicas que desarrollaban de manera regular, tales como tareas domésticas, jardinería, caminar rápido, trotar, andar en bicicleta, ejercicios aeróbicos, clases prenatales, mantenerse en forma, yoga, squash, tenis, bádminton, natación o entrenamiento con pesas.
También se les preguntó si tenían alguna mascota y de qué tipo.
El resultado del estudio mostró que durante el embarazo el 58% de estas mujeres tenían uno o más animales de compañía y el 25% tenían al menos un perro. Las que tenían perros fueron un 53% más proactivas a realizar 3 o más horas de actividad durante la semana, lo que equivale 30 minutos al día, todos los días de la semana
Caminar es gratuito, muy recomendable, una buena forma de ejercicio cardiovascular para las mujeres embarazadas, una buena opción de actividad durante el embarazo y no es necesaria la compañía de un perro para hacerlo.
Por este motivo no es contundente decir que el hecho de tener perro hace que la gente sedentaria se vuelva más activa o, al contrario, personas más activas no tienen por qué ser más propensas a tener perro.