Es mucho más habitual de lo que la gente piensa. La deshidratación y el agua de mala calidad tienen mucho que ver y pueden hacer mucho daño
En términos generales la deshidratación es cuando el organismo pierde más agua que la que ingiere. Es decir, cuando la balanza entre lo que se bebe y lo que se gasta esta descompensada.
Pero esa es una de las principales razones de esta plaga moderna que es la deshidratación. También la falta de agua en el organismo se produce cuando lo que se bebe es de mala calidad. Por tanto con muy bajo poder hidratante.
La deshidratación y el agua de mala calidad. Dos conceptos inseparables que causan estragos. Cómo reconocer los síntomas
Aunque por desgracia gran parte de la gente normal sufren algún tipo de deshidratación, la mayoría no son conscientes de ello.
Aquí, algunos síntomas de estar sufriendo deshidratación:
- Falta de energía y sensación de cansancio permanente. Y es que por más que duermo o descanso, me levanto cansado y sin fuerzas.
- Aumento de la frecuencia cardiaca.
- Falta de concentración y dificultad para rendir en los estudios o el trabajo.
- Reducción del flujo sanguíneo.
Hay muchos estudios que demuestran los estragos que la deshidratación puede hacer en la salud.
La deshidratación y el agua de mala calidad. Filtrar el agua de tu casa es la mejor solución
Al final la conclusión es evidente. Primero beber la cantidad de agua recomendada por las autoridades sanitarias. Es decir, dos litros diarios. En segundo lugar, beber agua de calidad, agua lo más pura posible.
Diferentes estudios han demostrado como buena parte de la población de países desarrollados sufre deshidratación crónica. Pero también se ha puesto de manifiesto como la mayoría del agua de los hogares en esos mismos países es de mala calidad. Y es que, en efecto, es agua potable y apta para el consumo. Pero lleva consigo un gran número de contaminantes que hacen que los efectos hidratantes se reduzcan.